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Max Dowman aplaude a los seguidores del Arsenal desplazados a Praga. Reuters

Max Dowman, el último niño prodigio

Con solo 15 años, el centrocampista del Arsenal es el debutante más joven en la historia de la Champions y supera incluso los registros de precocidad de Lamine Yamal

Ignacio Tylko

Madrid

Miércoles, 5 de noviembre 2025, 14:37

Asustan los registros de precocidad que se suceden en un deporte de tanta exigencia física, mental y social como el fútbol y alimentan el debate ... sobre si es conveniente adelantar tanto los plazos en el deporte de élite. El último caso es el de Max Dowman, centrocampista del Arsenal y debutante más joven en la historia de la Champions al disfrutar de media hora en el cómodo triunfo de su equipo en feudo del Slavia de Praga. Mérito de este adolescente inglés, nacido en 31 de diciembre de 2009 en Chelmsford, capital del condado de Essex localizada en el área metropolitana de Londres, pero también del técnico donostiarra Mikel Arteta por atreverse a darle la alternativa en un equipo de tan altos vuelos como 'gunner'.

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Con solo 15 años y 308 días, el niño Dowman superó el anterior registro Youssoufa Moukoko, delantero alemán de origen camerunés que en 2020 se estrenó con el Borussia Dortmund a los 16 años y 18 días. El azulgrana Lamine Yamal, el caso más sonado de un adolescente que ha hecho cumbre en el deporte rey, se queda ya como el tercer debutante más joven de la historia en la Copa de Europa, al hacerlo con 16 años y 68 días.

Considerado una de las grandes promesas del fútbol británico, Max Dowman es un mediocampista ofensivo que combina técnica, inteligencia y una sorprendente madurez táctica, ya que casi en edad de cadete demuestra una comprensión del juego propia de los veteranos. Su principal virtud es la visión de juego, la capacidad para adelantarse sus rivales a la hora de leer las jugadas, lo que a su vez le ayuda a filtrar pases con precisión quirúrgica. Atesora una capacidad innata para girarse, conducir y romper líneas de presión. Tiene también un buen golpeo con ambas piernas y, sobre todo, mucho temple cuando pisar el área. Compensa su falta de físico, ya que todavía está en desarrollo, con agilidad y resistencia.

Dowman creció en un entorno que respiraba fútbol. Perteneciente a una familia de seguidores del Arsenal, se vio impulsado por su talento y por un entorno social que, según han descrito quienes le conocen, valoró desde un primer momento su pasión, su humildad y su capacidad de sacrificio. Pronto, en 2015, ingresó ya en la reconocida academia formativa del Arsenal, la 'Hale End'. A los 13 años ya jugaba con el equipo sub-18, lo que implica no solo un proceso deportivo acelerado sino también una enorme adaptación social al compartir vestuarios con chicos mucho mayores, viajar y someterse a la presión competitiva.

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Arteta, su gran valedor

Mikel Arteta, su gran valedor, cuenta que Max «tiene un nivel de madurez, de estabilidad y de hambre que cuesta mucho ver» en alguien tan joven. Un equilibrio emocional que le permite compaginar su adolescencia, su vida social, los estudios y las relaciones personales con una creciente exposición pública. El ascenso de Dowman ha sido meteórico. A los 14 años ya fue el goleador más joven en la UEFA Youth League, la Champions en juvenil, donde le hizo recientemente un doblete al Atlético. Y un año después ya debutó en la Premier, la mejor liga del mundo, generando un impacto inmediato al provocar un penalti y mostrar descaro y confianza.

Desde el punto de vista cultural, este talento emergente es un espejo para la comunidad local de Chelmsford y, sobre todo, para los jóvenes que sueñan con llegar lejos en el deporte. Dowman es algo más que un chico que se mantiene centrado y entiende que la calidad debe ir acompañada del esfuerzo, la humilidad y el apoyo de su entorno.

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En el Arsenal le exigen en lo deportivo, pero con especial énfasis en lo humano, la familia, la academia, los 'coaches'. Todo para que no descarrile en su crecimiento. Arteta ha enfatizado que el club debe «protegerlo, inspirarlo, desafiarlo y mantenerlo al nivel adecuado». La historia de Max Dowman va más allá de estadísticas y récords. Es el ejemplo de un joven que crece en medio de expectativas gigantescas sin perder su esencia. El reto, mantenerse y progresar en el fútbol de alto nivel sin perderse por el camino.

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