El Asturias Dragón Boat rema por la inclusión
El Asturias Dragón Boat es el máximo exponente en la región de un deporte donde hombres, mujeres y supervivientes de cáncer de mama pueden competir juntos
Nadie puede poner en duda los beneficios físicos y psicológicos del deporte. Pero si a ello se suma el máximo de integración entre los ... participantes, con escasas o nulas distinciones entre sexos, lo que se obtiene es una disciplina «inclusiva» en la que quienes la practican no ven más que beneficios. Eso es lo que ha conseguido acercar a más de cien personas el Asturias Dragón Boat, el equipo que el pasado fin de semana se proclamó campeón de España de esta modalidad de piragüismo que nació hace más de 2.000 años en China y que llegó al país de manera federada hace una década. «La gente que llega nueva al equipo dice que el ruido de la proa al surcar el agua les da calma. Hay que estar muy pendiente de quien tienes delante para seguir el ritmo y se meten tanto en ello que no piensan en otra cosa. Salen sonrientes», explica Álvaro Alonso, presidente y entrenador de este club que tiene su sede en Trasona.
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El bote dragón es una especialidad deportiva en la que se compite en embarcaciones con diez o veinte palistas, que deben acompasar su ritmo al que marque el tambor de la proa, mientras en la popa se suma el timonel. Las embarcaciones deben llevar además una cabeza de dragón en la proa y una cola de este animal en la popa.
La historia de este club comienza en Murcia. «Fuimos un grupo de personas a competir y nos gustó mucho, así que montamos un equipo». A la escuadra llegaron entonces palistas veteranos, algunos con brillantes carreras deportivas. Poco a poco, se fueron sumando otros hasta superar el centenar de integrantes en la actualidad, una plantilla en la que hay un poco de todo. «Tenemos abuelos, padres e hijos que compiten juntos».
Compromiso
De aquel viaje a Murcia surgió también el compromiso de contar con mujeres supervivientes de cáncer de mama. Durante su estancia de competición conocieron la experiencia del Flamencos Rosas, un equipo compuesto por mujeres que han sido tratadas de esta enfermedad, y decidieron trasladar la experiencia a Asturias. Porque este deporte es también una terapia de rehabilitación para aquellas que han sido operadas. «Cuando se operan, a algunas también les extirpan los ganglios de la zona del brazo y la zona se puede inflamar. Tener ese brazo en alto y hacer fuerza ayuda a drenar».
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En el barco dragón existen varias categorías. La open, en la que pueden participar hombres y mujeres, la femenina y la mixta, donde los dos sexos tienen la misma representación. La BCP, que engloba a las supervivientes de un cáncer de mama, ha dejado de ser de competición desde el pasado año para pasar a ser de exhibición, un hecho que no gusta al club ni a las deportistas. «Son mujeres, no personas discapacitadas. Tenemos mujeres que reman en la categoría open, pero no pueden ser campeonas en BCP. Es lamentable. El presidente de la Federación Española debería dimitir, ya no quiero discutir más este tema con él».
Las características de este deporte han llevado a que sean más las mujeres que los hombres que lo practican. En el Asturias Dragón Boat la proporción es de 70-30, una distribución que también se ve en el Campeonato de España. «En la competición de Verducido había unos 800 competidores de los que 500 eran mujeres», explica Álvaro Alonso, quien espera que este deporte siga creciendo. «El mejor fármaco para cumplir años de forma saludable es este».
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