El salto del tartán a las boleras

El deporte popular unido al propio, al autóctono. Bernardo Nieto se ha labrado una larga trayectoria como directivo y técnico en el Gijón Atletismo. Su nombre está vinculado a la organización de las más conocidas carreras locales. Y todo ello lo ha entrelazado en el último lustro con la práctica de los bolos, algo propiciado por su vinculación al Grupo Covadonga. Una transición natural a la que retornó tras haber pateado las canchas en su juventud.

Este somedano 74 años, que dice sentirse satisfecho de su infatigable labor en el club atlético gijonés durante cuatro décadas, disfruta ahora con su hijo Iván en una disciplina deportiva tan distinta como la cuatreada bajo los colores de la entidad de Las Mestas.

Como atleta, confiesa, hizo sus pinitos en algunas carreras regionales, especialmente en la zona de oriente, pero sin obtener grandes resultados ni ser convertirse en gran campeón. Siempre ha sido consciente de que su sitio se encontraba en otras áreas, que al final resultaron tremendamente importantes y que tuvieron una gran repercusión en el crecimiento de un humilde club en todos los sentidos.

Bernardo Nieto empezó a colaborar en 1984 con el recién constituido Gijón Atletismo. Entró como secretario. No se le cayeron los anillos a la hora de trabajar a destajo para el que fue el deporte de su vida. Ni tampoco para sacarse el título de monitor y el de juez para empezar a trabajar en los colegios y asistir a las competiciones autonómicas en calidad de técnico.

«Me encantaba estar con la gente joven y tuve la suficiente paciencia para enseñar todas las modalidades en varios centros escolares, como el Atalía y el Lloréu», explica Nieto, que se siente contento «porque había muchos críos apuntados, lo que para mí fue una enorme satisfacción. Al igual que cuando simplemente veía como una niña alevín superaba los 1,30 metros en altura».

Con el paso de los años, se convirtió en el presidente del Gijón Atletismo e intervino directamente como uno de los principales impulsores en la organización de pruebas tan relevantes como el Cross Villa de Gijón y la Carrera de la Mujer, que «requieren una gran dedicación y muchísimo esfuerzo para que salgan adelante».

En lo que se refiere al plano deportivo, pero al margen de los resultados, Nieto, que fue también directivo de la Federación Española, presume de haber contado en el Gijón Atletismo con figuras de altísimo nivel como Rocío Ríos, Edurne Cabrero, Martina de la Puente y una entonces joven Ruth Beitia «cuando estaba el equipo en la División de Honor, algo que tuvo una gran mérito y de lo que siento muy orgulloso».

Nieto, tras su extensa etapa atlética, se acercó a una actividad tan diferente como los bolos por su espíritu grupista. «Pasaba mucho tiempo en sus instalaciones ya que jugaba en el portalín e iba con los de la pachanga futbolera, pero fue mi hijo el que me animó a que me metiese en el mundo de la cuatreada», afirma el aún veterano directivo del Gijón Atletismo, que la practicó de muy joven en su natal Saliencia.

Sus progresos en este deporte autóctono se vieron recompensados recientemente con una medalla en el Campeonato de Asturias de Aficionados, a la que él resta trascendencia porque, dice, «lo importante es seguir mejorando día a día en lo que hagas».

A su sucesor, profesor de Educación Física en el Colegio Braulio Vigón de Colunga, le encanta jugar con su padre en el equipo de bolos de la polideportiva sociedad gijonesa. Iván le encuentra, de hecho, «muy motivado y con un gran espíritu de superación» y entiende que si a uno le gusta el deporte lo practica a cualquier edad y sin importar cuál sea.

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