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Azucena Collar y Rosa Fernández, junto a Nyrach, Gaurav y Harich, con la bandera de Asturias en la cima. E. C.
Montañismo

Asturias se abre paso en el Himalaya inexplorado

Rosa Fernández y Azucena Collar hollan una cima sin nombre oficial y ascensos previos que bautizan como 'La Montaña de las Asturianas»

Miércoles, 1 de octubre 2025, 06:24

No se trata, simplemente, de ascensiones más o menos altas, sino de desafíos cargos de mensajes. Porque la montaña siempre ha tenido un significado simbólico. ... Por ejemplo, la belleza del Himalaya contrasta con la dureza del asalto de sus cimas, como, en este caso, la que han afrontado, como un desafío más, las montañeras asturianas Rosa Fernández y Azucena Collar, a las que acompañó hasta el campo base un inglés, pero afincado hace ya muchos años en Asturias, Robin Walker.

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Porque, en el fondo, encarar una montaña en el Himalaya es internarse en un viaje donde la presión se traduce en dificultad para respirar y golpea al apetito y al humor, aunque la dificultad de la empresa no oscurece los buenos ratos. Un territorio donde lo humano se vuelve minúsculo, cada paso ganado exige un pulso constante y cada respiración parece arrancada a la fuerza. Y, bajo estas condiciones y algunas más, como un exigente acercamiento sin caminos y el duro aprendizaje de una expedición previa el año anterior, ambas certificaron hace hoy hace una semana el ascenso a una cima virgen remota del Himalaya Indio.

Rosa hila los recuerdos y emociones que se entremezclan al hablar de su último desafío. Lo hace aún desde Manali, en el estado indio de Himachal Pradesh, a donde llegaron tras finalizar el descenso. Sin cobertura telefónica, establece la conversación con EL COMERCIO vía Internet justo antes de emprender el camino hacia Delhi. Catorce horas por delante le aguardan solo de inmediato, aunque no tienen previsto regresar a Asturias hasta el próximo fin de semana . «El acercamiento fue durísimo, caminando por un glaciar que es piedra, tierra..., donde se marcha todo», explica la alpinista sobre un terreno extremadamente complejo, avanzando por morenas glaciares y sin caminos definidos hasta establecer el campamento base. Desde allí, un ascenso en estilo clásico y autosuficiente. Sin cuerdas fijas ni porteadores de altura. Con una montaña súper rota y bloques grandes.

Bautismo asturiano

«Asegurándonos de uno en uno, fuimos subiendo e hicimos cumbre el pasado día 24. Vamos, algo increíble», explica Rosa sobre su último desafío en las alturas. «¿Cuál fue la sensación arriba? Te sientes como un pionero, es como trasladarte a la época de las primeras ascensiones a las montañas», añade la montañera sobre una aventura a un cima a 5.694 metros de altura, sin nombre oficial ni registros de ascensos previos, que, ante esta eventualidad, ha sido bautizada por el equipo como 'La Montaña de las Asturianas' en honor al doble intento realizado por mujeres de Asturias en dos años consecutivos.

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La montaña, en muchas ocasiones, genera momentos negativos o peligrosos, pero también realiza sueños. Hubo tiempo para fotografías, para hacer asturianía desde la cumbre con una bandera del Principado e, incluso, para realizar una 'puya', como se suele hacer en Nepal. «Uno de los chicos de la agencia de guías que nos acompañó buscó unas rocas, unas piedras y las puso en la nieve. Yo llevaba, como siempre, las banderas de oración. Y él sacó unas banderas más chiquitas». Con todo ello, las cinco personas que hicieron cumbre pidieron bendiciones y seguridad a los dioses de la montaña.

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