Alonso pone el foco en el nuevo AMR24

Toda la sofisticación que proyecta la F-1 por la tecnología que hay detrás de los monoplazas pasa estas semanas por un dramático proceso de simplificación, que no es otro que el de las presentaciones, convertidas ya en actos fríos, ajustados a los tiempos económicos que corren, lejos del derroche, la pomposidad, de antaño, y, mayoritariamente, con coches del año anterior o con las novedades bien ocultas.

El tradicional baile comenzó el 2 de febrero con el nuevo VF24 de Haas, radical en cuanto su decoración, que muta del blanco al negro. El segundo en lucir en la pasarela fue el FW46 de Williams, que vuelve a tener el color azul como predominante y también el negro, ya que la escudería de Grove se ha acostumbrado a dejar piezas sin pintar para ahorrar peso. El lunes se conoció cómo brillará el Sauber C44 de la escudería ahora llamada Stake. Una máquina que no dejó indiferente a nadie con su llamativa decoración verde junto al color negro. El miércoles acaparó luces el Alpine A524, con el negro como base de una decoración que presenta el azul de Alpine y el rosa de BWT. Y, un día después, lo hizo el VCARB 01 de Visa Cash APP RB, la nueva denominación de AlphaTauri.

La numerosa representación del periodismo mundial se congregará mañana, a partir de las 9 (hora española), en la nueva fábrica de Aston Martin ubicada en Silverstone, donde serán presentados la escudería y su nuevo bólido, el AMR24, y donde Fernando Alonso demostrará de nuevo las tablas de las grandes figuras con años de experiencia y el desparpajo y la frescura de quienes mantienen ese 'hambre' de éxitos.

Fernando Alonso no será nadie esta temporada si la escudería verde, la de Lawrence Stroll, magnate de la moda en Canadá, uno de los accionistas mayoritarios de Aston Martin y líder del millonario proyecto de F-1, no pone en sus manos el coche ganador que necesita. El asturiano aguarda el turno para comprobar que el nuevo AMR24, un engranaje de 15.000 piezas, no solo se ha adaptado a las nuevas exigencias, sino que es igual o incluso más fiable y ganador que su predecesor.

Mientras tanto, quizás protegido como el año pasado por una lona con la bandera de Gran Bretaña en una zona de acceso restringido, el nuevo monoplaza del asturiano continúa bajo llave en la nueva factoría, junto al emblemático circuito de Silverstone, bajo la supervisión de Mike Krack, jefe de equipo, y Dan Fallow, director técnico y antiguo mano derecha del genio Adrian Newey.

Allí también se encuentra ya el asturiano, tras completar su intenso programa físico invernal y su programa ante el simulador ante la temporada más larga de la historia de la F-1: 24 grandes premios. Mañana lucirá su sonrisa Fernando Alonso vestido de Aston Martin en una gran foto junto a sus compañero Lance Stroll en una sede de ensueño de la mano de Lawrence Stroll. A su lado, el esperado monoplaza de 2024, cuyas grandes innovaciones posiblemente queden ocultas en una trabajada oscuridad para espantar miradas indiscretas y copiones descarados.

Alonso afronta la próxima temporada de la F-1 con el reto de convertir el Aston Martin no ya en un monoplaza verdaderamente competitivo y con visos de crecer, porque eso ya se logró la temporada pasada, sino en un auténtico coche ganador, una máquina que ponga en aprietos la 'dictadura' del Red Bull. A pesar de no tener confianza alguna en 2023, el bólido verde, con el asturiano a los mandos y propulsado por un motor Mercedes -Honda y Aston Martin unirán fuerzas y competirán juntas en 2026-, consiguió ocho podios y 206 puntos. El resultado de todo esto, del trabajo realizado estos últimos meses, firmado de principio a fin por Dan Fallow, se empezará a ver a partir del 21 de febrero en Baréin.