Pablo Carreño se mide en Cincinnati a Koepfer, al que ganó en Tokio

Dos semanas después de su medalla de bronce en los Juegos de Tokio, Pablo Carreño regresa hoy a las pistas en el Másters 1.000 de Cincinnati ante Dominik Koepfer (56 ATP), que venció en la fase previa a su compatriota Jan Lenard Struff por 7-6, 5-7 y 6-3. Curiosamente, el jugador gijonés superó a su próximo rival el pasado 28 de julio en la tercera ronda en el torneo olímpico por 7-6 y 6-3. En su anterior enfrentamiento, en 2019, el asturiano se impuso con comodidad al 'raqueta' natural de Furtwangen en el Másters 1.000 de Shanghai por 6-3 y 6-1.

Carreño llega a Estados Unidos pletórico de moral tras vencer en Tokio a Novak Djokovic y Daniil Medvedev, número uno y dos del mundo, respectivamente. El jugador forjado en el Grupo confía en su fortaleza mental para seguir sumando victorias de cara a acercarse al 'top 10' y con vistas a llegar en la mejor forma posible al Open USA, en el que fue semifinalista dos veces.

Tras este torneo, Carreño sopesa participar la próxima semana en Winston Salem, donde logró en 2016 su primera corona del circuito profesional.

Por otra parte, Paula Badosa fue protagonista ayer en Cincinnati en un día con lluvia. La tenista española se impuso en tres sets (4-6, 6-4, 7-6) a la croata Petra Martic, tras dos horas y 34 minutos de juego. La barcelonesa tuvo que salvar cinco bolas de partido para seguir adelante.

Fue un partido que reforzará la moral de la catalana, que demostró una fe bastante recuperada cuando se vio abajo con 5-4 y servicio de la balcánica, momento en el que salvó los tres primeros puntos. Saltó al 6-5 y disfrutó de dos bolas de partido al resto, que malogró. Y, en el 'tie break', ambas contendientes tuvieron otros dos puntos de partido, pero el duelo terminó decantándose para la jugadora de 23 años.

Novak Djokovic logró en el último Wimbledon igualar los 20 Grand Slam de Federer y Nadal. Un título que indignó al padre del número uno del mundo por no permitirle verlo en vivo: «Mi esposa y yo queríamos ir a Wimbledon a ver a Novak, pero no nos dejaron. Esa gente horrible no nos dejó ir a ver a nuestro hijo porque teníamos que pasar una cuarentena pese a que había 15.000 personas en el estadio».

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