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«El talento no tiene género», aunque aún se encuentra con barreras que dificultan la entrada de mujeres a determinados sectores, entre ellos el del metal.
La imagen que se tiene aún sobre el sector, los prejuicios sociales y la falta de información a la hora de acceder a la formación constituyen los pedazos más visibles de un techo de cristal que aún no se ha roto. Con el fin de resquebrajarlo, ayer La Lechera, en Cancienes, reunió a medio centenar de mujeres trabajadoras en la industria del metal dentro de las jornadas 'Mujeres de acero', organizadas por Gonvarri en el marco del Día Internacional de la Mujer.
Rocío Martínez, concejala de Empleo del Ayuntamiento de Corvera; María Pérez, secretaria general de FEMETAL; Carmen Charterina, directora de Juntas Industriales y Navales; María del Mar Saavedra, gerente del centro de formación profesional ESCAL; y Susana Fonseca, directora CIFP Avilés, fueron las encargadas de poner voz a las diferentes realidades dentro del ámbito laboral y formativo en una mesa redonda moderada por Salomé González Valea, directora de Recursos Humanos de Gonvarri Metal Structures.
Ninguna pasó por alto la necesidad de visibilizar el papel de las mujeres en un sector que a día de hoy sigue masculinizado. Ejemplo de ello es que, en el CIFP, el 95% de la matrícula para formaciones relacionadas con el sector industrial sigue correspondiendo a hombres, mientras que sólo el 5% son chicas. Lo mismo ocurre con los docentes, que «de veintitrés solamente tres somos mujeres», según señaló la directora del centro.
No es así en el caso de ESCAL donde actualmente hay unas nueve jóvenes en los cursos destinados a este tipo de formaciones. «Sí que es difícil y ha costado mucho la incorporación de chicas a la formación que impartimos, pero en los dos últimos años hemos adecuado instalaciones y espacios comunes porque hemos tenido la suerte de contar con mujeres», destacó María del Mar Saavedra. Pese a ello, la presencia de las mujeres en la industria del metal únicamente llega al 15%, como explicó la secretaria de FEMETAL.
Las cifras son sólo la punta de un iceberg mucho mayor en el que los micromachismos representan uno de los problemas más comunes. Así lo expresó Rocío Martínez, que destacó que hay «barreras que se van derrumbando poco a poco, cualquier persona de nuestro círculo es capaz de ver cuándo hay una desigualdad, pero una de las barreras a las que nos enfrentamos son a esas pequeñas actitudes que a veces sufrimos las mujeres que tienen que ver con el rol que esperan de nosotras».
De esa expectativa sabe bien Carmen Chaterina, que con apenas 23 años tuvo que hacerse cargo del negocio familiar en medio de la crisis. Por aquel entonces era la única mujer en un sector masculinizado en el que su figura sirvió como referente a otras tantas que posteriormente se fueron incorporando a un sector en el que «hay muchísimo futuro».
Las ponentes animaron a las mujeres a acercarse al metal, ya que «es un mundo de oportunidades» y para el que es fundamental dar a conocer la formación para un talento femenino que «se aprecia, se reconoce y se quiere».
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