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Instalaciones de Arcelor en Gijón. PALOMA UCHA

Arcelor suspende la negociación del acuerdo marco y urge un nuevo ERTE

Pide tiempo para ver si las reformas del Gobierno logran contener el IPC y advierte de una coyuntura difícil

NOELIA A. ERAUSQUIN

GIJÓN.

Martes, 28 de junio 2022, 03:36

Arcelor pide tiempo para ver si la tormenta que afecta a toda la economía escampa, al menos parcialmente, y las reformas impulsadas por el Gobierno ... logran contener la inflación. Así se lo trasladaron sus representantes ayer a los sindicatos, a los que anunciaron la suspensión de las negociaciones del acuerdo marco hasta septiembre, para ver si entonces la coyuntura es más favorable y permite un acercamiento. No parece sencillo, sobre todo, porque las previsiones no hacen presagiar mejoras y el sector siderúrgico augura una caída de la demanda en el segundo semestre.

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Con los costes de la energía y las materias primas por las nubes, posibles nuevos paros en el transporte y la disminución de los precios de venta debido a las altas importaciones de países extracomunitarios, la compañía rechaza de plano una subida salarial que iguale la inflación. Sin embargo, esa es la línea roja que ponen los representantes de los trabajadores, que avisan de que no aceptarán una pérdida de poder adquisitivo, más aún tras los beneficios de récord del último año. En este contexto, ambas partes no volverán a verse las caras hasta septiembre, al menos en lo que se refiere a la negociación de este documento, que rige buena parte de las relaciones laborales en el grupo, incluidas las plantas asturianas.

Sí se mantendrán las reuniones relacionadas con el contrato relevo para dar salida a los trabajadores nacidos en 1960 y 1961 y la empresa aspira a proseguir las que se mantienen para intentar conseguir un acuerdo social sobre el plan de descarbonización. No obstante, estas últimas son de carácter informal y sindicatos como CC OO defienden que no tienen sentido sin proseguir con el acuerdo marco. Arcelor, por su parte, ya ha avisado de que no aprobará las inversiones en la acería verde y después en la planta de reducción directa del mineral de hierro si la plantilla no acepta el ajuste que supone, una reducción de alrededor de un millar de empleos, un 20% del total. Hace algunas semanas llegó a plantear, incluso, que también necesitaba que se diera luz verde al acuerdo marco. Sea como fuere, la suspensión ahora de las negociaciones no ayudará a desbloquear las inversiones, aunque la compañía ve las distintas mesas de forma independiente.

El grupo insiste en que no ligará salarios a inflación y los sindicatos en que no aceptarán una pérdida de poder adquisitivo

Falta de confianza

Y, ante este contexto complejo, la multinacional volvió a poner sobre la mesa la necesidad de negociar un nuevo expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). La vigencia del que tenía la empresa, que se había ido prorrogando desde 2009, finalizó el 31 de diciembre sin que se llegara a un acuerdo para renovarlo, sobre todo, ante la negativa de CC OO, que acusó a la compañía de no emplearlo para lo que se había acordado, como herramienta de flexibilidad laboral en situaciones puntuales de caídas de producción por baja demanda o paradas. Aun entendiendo la idoneidad de contar con un mecanismo como este, los sindicatos ya avanzan de que no será tampoco sencillo llegar a un acuerdo, después de que la compañía impulsara unilateralmente dos ERTE distintos en 2020, con peores condiciones para los trabajadores, y que finalmente tumbó la justicia.

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Esa ruptura de la confianza, la judicialización de los casos o la demanda que aún está en marcha sobre la recuperación del 100% del salario de la plantilla, que no cobró durante la aplicación de los expedientes anulados, no auguran una negociación sencilla. No obstante, la intención de la multinacional es, igualmente, convocar a la parte social próximamente.

Y, con todo ello, el dibujo que volvió a plantear la compañía durante la reunión celebrada en el País Vasco no es nada halagüeño. Arcelor advierte de una situación difícil, asegura que los costes energéticos están haciendo mella en el negocio, también reconoce que la excepción ibérica no está funcionando como se esperaba, y que se empieza a notar debilidad en la demanda. La cuestión es si de aquí a septiembre va a mejorar.

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