Bruselas contraataca a Asia con ayudas públicas masivas a la fabricación de chips

Un golpe encima de la mesa que la UEda en un momento de especial vulnerabilidad. Su total dependencia de un mercado exterior con restricciones en los suministros, precisamente en plena batalla entre Washington y Pekín, está dejando tocados a muchos de sus sectores industriales, con especial afección a su potente producción automovilística. El día a día pasa por paradas intermitentes en las empresas, retrasos en las entregas y, por extensión, un desajuste generalizado entre oferta y demanda que afecta a la recuperación económica.

«La escasez mundial ha puesto de manifiesto la importancia de la industria de chips y otros componentes en un amplio espectro de la economía europea, desde la automoción hasta la electrónica de consumo y la farmacéutica», subrayaba la danesa. Y teniendo en cuenta que ese escenario podría extenderse hasta 2023, Bruselas necesita contraatacar.

Lo hará con una normativa propia de microchips que, en síntesis, permitirá liberar ayudas de Estado de forma masiva para empujar la producción en empresas punteras europeas. El despliegue de esa cobertura se evaluará sobre la base de los Tratados de la UE y se realizará con «fuertes salvaguardias para garantizar que (las ayudas)son necesarias, adecuadas y proporcionadas, y se reduzcan al mínimo las distorsiones indebidas de la competencia». De hecho, añade que los beneficios de ese empuje a la producción «deben compartirse ampliamente y sin discriminación en toda la economía europea».

En suma, tiento y fuerte supervisión para no desatar una guerra en casa. La Comisiónhace hincapié en la necesidad de que los distintos proyectos que se pongan encima de la mesa y que sean susceptibles de recibir el torrente de millones de euros tengan «un carácter europeo». De ese modo cree que se conseguirá evitar una carrera de subvenciones dentro y fuera del bloque. Todos los detalles de este plan se darán a conocer en las próximas semanas con el objetivo de lograr en 2030 la soberanía tecnológica. Para entonces la UEdebería ser responsable de en torno a un 20% de la producción global de semiconductores.

La Comisión también confirmó ayer que prorroga hasta finales de junio de 2022 el Marco Temporal de Ayudas de Estado, que desde el estallido de la pandemia ha posibilitado el despliegue de 3,1 billones de euros para el rescate de empresas (un total 670 proyectos de distintos Estados). Bruselas atiende así la petición de países como España.