Fallece a los 51 años Carlos Manuel Rodríguez, consejero delegado de Cafento y emblema empresarial de Asturias

Carlos Manuel Rodríguez, consejero delegado de Cafento, ha fallecido hoy, a los 51 años de edad, cuando asistía a la misa de un funeral en la iglesia de San Juan, en Sangoñedo (Tineo). Según los testigos cayó fulminado y no se pudo hacer nada por su vida. El alcalde de Tineo, José Ramón Feito, confirmó el fallecimiento. Tanto él como el primer teniente de alcalde, Marcos da Rocha, trasladaron sus condolencias a la familia. «Es una triste noticia que nos pilla por sorpresa», lamentaron y destacaron la importante labor que desempeña la compañía en la zona, «una empresa familiar que apostó por instalar su sede en el municipio y que es considerada una de las mejores del sector».

Rodríguez fue una figura clave en la expansión de esta empresa familiar asturiana con casi un siglo de historia y que desde 1987 ha adquirido 21 grupos cafeteros regionales hasta convertirse en el mayor productor del sector de capital español.

Con una facturación de 100 millones de euros, tiene fábricas en Tineo, Bilbao y Dublín y emplea a casi 500 trabajadores. El Gallego, Café Areces, Saroma o Valdés son algunos de los nombres más reconocidos, pero en total las marcas de Cafento superan la veintena. Pero, sobre todo, Rodríguez subrayaba el carácter familiar de la compañía. Esto le llevó, precisamente, a recoger en octubre del año pasado el premio que concede la Asociación Asturiana de Empresa Familiar (Aefas), que en su XI edición reconoció al grupo su «permanente innovación y excelencia en el desarrollo del negocio durante los últimos 90 años«, así como su exitoso proceso de expansión y su vinculación con sus raíces en Tineo, »proyectándose como un motor de la economía local y regional».

«Pocos premios nos hacen sentir tanto orgullo como este», reconoció entonces el consejero delegado de Cafento, tras recibir el galardón en un acto al que acudió acompañado de su madre, Sara Peláez, y de una de sus dos hermanas, Pilar Rodríguez. «Los tres nos sentimos orgullosos del trabajo que nuestros padres y fundadores, Juan Carlos y Sara, desarrollaron y también de haber podido recoger su legado». Orgullo y también responsabilidad fueron palabras en las que Carlos Manuel Rodríguez hizo hincapié porque «son valores que la empresa familiar tiene muy presentes», señaló. Asimismo, destacó la fortaleza de este tipo de empresa y más en época de crisis. «Estamos más preparados porque no pensamos en el año siguiente, sino en la empresa que queremos dejar a nuestro hijos».