Asturias destaca por su competitividad fiscal local frente a la elevada presión tributaria autonómica
El IEE sitúa a Gijón en el puesto número 15 de 141 municipios de más de 50.000 habitantes, a Oviedo en el 47, a Siero en el 48 y a Avilés en el 92
Existe cierta paradoja en los impuestos que asumen los asturianos. Al menos así lo considera el Instituto de Estudios Económicos (IEE), que sitúa la competitividad ... fiscal de los ayuntamientos de la región entre las mejores de España, en concreto, en cuarta posición, mientras que coloca la autonómica en el mismo puesto, pero por la cola. Y defiende que esa clasificación no es baladí. «La configuración del marco tributario de un territorio resulta fundamental para su desempeño económico», explica esta entidad ligada a la CEOE, que defiende que para que sea competitiva debe lograr «el equilibrio entre la necesidad de financiación del gasto público y la neutralidad y eficiencia económica del territorio para la atracción de inversiones y la retención y desarrollo del capital humano».
Su informe 'La competitividad fiscal de las entidades locales y de las comunidades autónomas' sitúa a los consistorios asturianos un 9,2% por encima de la media nacional en ese desempeño, solo por detrás de los de Baleares, Madrid y Cantabria. Pero la situación no es homogénea. Entre ellos, destaca la posición de Gijón, décimo quinto entre los 141 municipios con más de 50.000 habitantes analizados, con una puntuación un 19,4% superior al promedio. Oviedo, por su parte, está en el puesto número 47 de la lista (+8,3%), Siero en el 48 (+8%) y Avilés cae más atrás, hasta el 92 (-2,7%). Los municipios que encabezan la clasificación son Boadilla del Monte, Majadahonda, Arrecife y Las Rozas, mientras que Reus, Girona y Sanlúcar de Barrameda, la cierran.
No obstante, la competitividad fiscal local en Asturias difiere de un tributo a otro. Por ejemplo, el informe sitúa la del IBI en sexta posición entre todos los territorios, que incluyen las ciudades autónomas; el tributo sobre el incremento de valor de los terrenos de naturaleza urbana, en segunda; el impuesto sobre las actividades económicas, en décima; la fiscalidad de los vehículos de tracción mecánica, en séptima y el impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras, mucho peor que la media, en undécima posición.
El IEE toma partido por una presión fiscal a la baja. «En un marco fiscal competitivo, la autonomía y la suficiencia de los recursos tributarios para financiar la actividad del sector público se generan a través de unos mayores recursos procedentes del aumento de las bases imponibles, que son beneficiadas, a su vez, por el impulso de la productividad, en lugar de aumentar la presión fiscal sobre unos contribuyentes que ya soportan una carga fiscal comparable o superior a la de otros países del entorno», defiende, e insiste en que otros aspectos, como la atracción de inversión extranjera y de capital productivo, se encuentran directamente relacionados con el marco fiscal, la seguridad jurídica y la calidad normativa tributaria de los territorios.
Y, según este criterio, la competitividad fiscal de Asturias, pero con carácter autonómico, suspende. Frente a la de sus ayuntamientos, la tributación dependiente del Principado obtiene de los peores resultados del país, con 115 puntos, tras Cataluña (123,8), Comunidad Valenciana (116,3) y Aragón (115,3) –el promedio sería 100–. Tiene en cuenta el IEE los análisis de la Fundación para el Avance de la Libertad y explica que, a pesar de esa posición, Asturias ha mejorado dos puestos en este registro en relación a 2020.
Situación en relación a la UE
Además, al compartir metodologías con la Tax Foundation, también es posible referenciar los valores de la presión fiscal normativa de las comunidades con los obtenidos por la media comunitaria y, según el informe, tan solo Madrid y los territorios forales del País Vasco registran valores por debajo del promedio de los países de la UE.
Según la clasificación del IEE en cuanto a competitividad de los tributos, el conjunto del país se situaría 7,5 puntos por debajo de la media de los estados miembros y el Principado estaría a 9,9, con un 90,1. Frente a estos datos, Países Bajos encabeza la clasificación con 137,3 puntos, seguido de Bélgica (125,3) y Luxemburgo (124,5).
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