El Gobierno da entrada a la Sepi para financiar a Talgo y desbloquea la venta a Sidenor
PSOE y el PNV pactan que el holding aporte un préstamos convertible de 75 millones para que el fabricante de trenes afronte la deuda que bloqueaba el aterrizaje del industrial, Lakua y las fundaciones BBK y Vital
La voluntad política que los gobiernos central y vasco compartían para salvar Talgo ha servido finalmente para encontrar el modo en que la Sepi participe ... en la refinanciación de su deuda. Así lo ha comunicado esta tarde el lehendakari Imanol Pradales tras la reunión de trabajo que ha mantenido con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Moncloa antes de la cita de la comisión bilateral de transferencias celebrada esta tarde.
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Según ha señalado Pradales se ha alcanzado una «noticia muy esperada: ambos gobiernos hemos encauzado definitivamente la participación de la Sepi para hacer viable la operación y mantener la actividad y el empleo de Talgo en Euskadi». La operación ha salvado así el momento más crítico desde que ambos gobiernos se pusieran a trabajar en el aterrizaje del industrial vasco, José Antonio Jainaga, en la compañía, que trasladará de nuevo su sede a Euskadi. El PNV evidenció la semana pasada la crisis al enviar un comunicado acusando al Ejecutivo central de «obstaculizar» el proceso. Una denuncia en la que, además, el grupo jeltzale en el Congreso de los Diputados responsabilizó a Moncloa de las consecuencias si la solución para el fabricante de trenes terminaba en fracaso.
El caso es que los intensos contactos que se pusieron en marcha la semana pasada han terminado por dar por bueno lo que la Sepi rechazó hace tan solo siete días. Así las cosas, ya hay fórmula «definitiva» para que el consorcio vasco –formado por el Gobierno de Pradales, Jainaga y las fundaciones BBK y Vital– participe ya con la Sepi en la concesión de un crédito convertible de 150 millones a Talgo. Una herramienta financiera cuyos intereses de devolución se ajustan a los beneficios que vaya cosechando la empresa, además de, en caso de impagos, poder convertirse en acciones de la compañía.
Refinanciación de deuda
El préstamo es clave para refinanciar la deuda de más de 400 millones de euros del fabricante, agravada por la multa de Renfe de otros 116 millones por los retrasos en las entregas de los trenes Avril. Era, además, una exigencia de los principales bancos que participan en el 'pool', BBVA, Caixabank y Santander principalmente.
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Una parte de ese préstamo, 75 millones, la asumirá el propio holding público dependiente del Ministerio de Hacienda y otros tantos serán aportados por el Gobierno vasco en un paquete que ha diseñado con fondos público-privados en colaboración con el consorcio que se hará con el control de Talgo y que lidera el presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga.
La solución fue rechazada en primera instancia por la Sepi al entender que la elevada participación de dinero público en la parte vasca dejaba la operación muy expuesta a una denuncia por ayuda de Estado. Este elemento, junto al diferencial en los tipos de interés –la parte vasca del préstamo se fijaba en un 7%, por el 5% de la Sepi– eran señalados por la Abogacía del Estado como puntos débiles en el contexto de las reclamaciones que otros fabricantes, como CAF o Alstom, están haciendo al Estado por sus contratos con el operador público, Renfe.
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Refuerzo
Además, el Gobierno de España ha confirmado que participará en el refuerzo de los fondos propios de Talgo, es decir, que seguirá inyectando dinero en el capital de la empresa para que pueda afrontar las actuaciones industriales necesarias para sacar adelante una cartera de pedidos que supera los 6.200 millones.
La entrada en Talgo del Ejecutivo central, que compartirá accionariado con el Gobierno vasco, no amenazará el control de la empresa que ha puesto como condición Jainaga para dar el paso. Ahora hay tramitar el crédito en los órganos de gobierno de la Sepi, y en los del fabricante de trenes. Un proceso que requiere de la autorización de la junta de accionistas de Talgo
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Así las cosas, la entrada del industrial vasco José Antonio Jainaga no se materializará hasta octubre. Y es que el presidente de Sidenor había planteado que estuviera resuelta la financiación de Talgo como condición previa antes de hacerse con sus acciones. El empresario, junto a Gobierno vasco y las fundaciones BBK y Vital, firmaron para ello un preacuerdo con el accionista principal del fabricante, el fondo de inversión Trilantic. Fue el 14 de febrero y el consorcio vasco se comprometió a abonar 156 millones al titular del 29,7% de las acciones de Talgo ampliables hasta 183 en función del devenir del negocio.
La compañía, mientras tanto, pasa por apuros ahogada por la deuda y una cartera de pedidos. Tras los retrasos en las entregas a Renfe, ahora debería afrontar la primera remesa de 23 trenes del macro pedido con Deutsche Bahn –79 unidades por 1.400 millones–. Después de varios retrasos, la compañía quiere evitar más sanciones y mantiene negociaciones para renunciar a parte de ese encargo.
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La entrada del consorcio vasco activará un plan industrial para hacer crecer la compañía, que cuenta con 2.500 trabajadores, de los que 700 están en la localidad alavesa de Rivabellosa. Además, la sede se trasladará de nuevo a Euskadi, donde tiene cerca de 400 proveedores y genera 5.000 empleos indirectos.
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