Los ingenierios insisten en el riesgo de deslocalizaciones por la falta de un precio de la energía estable

La transición ecológica genera «un riesgo importante de deslocalización para las grandes industrias asturianas como las siderúrgicas, Asturiana de Zinc o las cementeras, en la medida que el precio de su producto final depende en un 35% o un 40% de la energía eléctrica». Así lo manifestó ayer durante una entrevista en La Lupa el presidente del Colegio de Ingenieros de Minas del Noroeste, Juan José Fernández Díaz, que recordó que a la hora de establecer las compensaciones por CO2 «es importante tener claro cuáles son las industrias que tienen riesgo de deslocalización y poner el foco en ellas, como están haciendo Francia, Alemania o Italia».

Fernández incidió además en la importancia de ofrecer a la industria «precios estables a medio plazo». En este sentido hizo hincapié en lo que representa que las compensaciones estén sujetas a la disponibilidad presupuestaria. «Que cada año dependan de los presupuestos puede generar intranquilidad entre los consumidores», advirtió.

El presidente del Colegio de Ingenieros de Minas del Noroeste se mostró partidario además de incrementar los 175 millones por compensaciones de CO2, así como de que la UE «armonice» ese tipo de compensaciones y vele porque todos los países tengan el mismo coste de energía eléctrica, que no paga lo mismo un gran consumidor en España que en Alemania. Respecto al proceso de descarbonización, Juan José Fernández Díaz admitió que le preocupa esa transición. «Debe ser justa y, sobre todo, debe hacerse a una velocidad razonable, de acuerdo a nuestras posibilidades, para que se pueda asimilar». De no hacerlo, señaló, se «corre el riesgo de ahogar a la industria», señaló.