El Ministerio de Defensa se niega a validar los VCR 8x8 recibidos porque continúan teniendo fallos
Un fallo en la transmisión de Sapa –uno de los socios de Tess Defence– provocó la paralización el pasado jueves de unas pruebas de este blindado que se fabrica en Trubia
El megacontrato para dotar al Ejército de Tierra de los vehículos de combate sobre ruedas (VCR) 8x8 Dragón, adjudicado por 2.500 millones de euros ... a Tess Defence –el consorcio liderado desde hace unos meses por Indra y en el que participan también Santa Bárbara, Sapa y EM&E– acumula numerosos retrasos por unos fallos que, a priori, ya estaban resueltos. Sin embargo, según ha podido conocer el diario ABC –diario del grupo Vocento, al cual pertenece EL COMERCIO– de fuentes cercanas al Ministerio de Defensa y del ámbito militar, los responsables de probar y validar las unidades entregadas hasta ahora –que se fabrican de Trubia y Alcalá de Guadaíra– no están dispuestos «a poner su firma mientras no estén solucionadas todas las incidencias que han surgido en los últimos tiempos, respecto a los requisitos incluidos y exigidos en el contrato del programa».
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El último fallo detectado sucedió el jueves de la pasada semana en Madrid, durante la realización de unas pruebas en el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), que depende del Ministerio de Defensa. Durante el test, que formaba parte de la necesaria comprobación del desempeño de los VCR 8x8 Dragón y se realizó en presencia de expertos del sector y de empresas del ámbito militar, se tuvo que realizar una parada temporal a causa de una incidencia grave en la transmisión del vehículo, una parte que corre a cargo de uno de los socios del consorcio: Sapa Plasencia. En consecuencia, Defensa decidió retrasar las pruebas hasta nueva fecha y obligó a trasladar el vehículo, de la versión de combate de infantería (IFV), de nuevo a la fábrica para su reparación».
Según el citado medio, persisten algunos fallos similares a los que ya se habían solventado, relacionados con el motor propulsor (de Sapa), con la Torreta (EM&E) o con el sistema de combate, por los que los responsables de auditar dichas unidades no quieren estampar su rúbrica en el documento de validación de la entrega. Las barcazas producidas por Santa Bárbara, por su parte, no tienen incidencias.
Llueve sobre mojado en este asunto. Precisamente la semana pasada, la ministra de Defensa, Margarita Robles, trasladó a la cúpula directiva de Indra –que se hizo hace unos meses con la mayoría de Tess su preocupación por los «sucesivos retrasos» en la entrega de estos blindados e incluso planteó la posibilidad de emprender acciones legales por el incumplimiento de los plazos.
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Ya en septiembre del año pasado, el Gobierno impuso a Tess Defence una sanción de 9,2 millones de euros por los retrasos. La intención de Santa Bárbara era recurrir la multa, pero según fuentes conocedoras de la situación, no pudo hacerlo ante la negativa de dos de los socios del consorcio: Indra y Sapa (el procedimiento debía contar con el apoyo unánime de todos los participantes de Tess Defence).
Desde la multinacional que presiden Ángel Escribano considera que desde que tomaron las riendas del consorcio la situación ha ido a mejor. La firma se encuentra en fase de adecuación de la futura planta de fabricación de blindados en El Tallerón, en Gijón. Allí está previsto que se realice la integración final de los VCR 8x8 Dragón, un proceso que actualmente se realiza en la planta de Turbia, gestionada por Santa Bárbara Sistemas (SBS), de General Dynamics. El director de fábrica de la planta trubieca, Raúl Marcos, aseguró a principios del mes pasado que la compañía está en disposición de entregar 75 de estos vehículos, pero por el momento el Ministerio de Defensa solo ha recibido once unidades. La previsión que se maneja es que la entrega de los 348 blindados firmados se retrase hasta al menos 2027, con reprogramaciones anuales que todavía podrían variar según la evolución técnica y logística.
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