España, principal candidata para la tercera planta europea de BYD, a la que aspira Asturias

Asturias aspira a conseguir a captar esta planta, como ya lo hizo anteriormente. De hecho, una delegación de la compañía asiática visitó el Principado en 2023 para conocer 'in situ' las ventajas de las que se beneficiaría si una factoría se instalase aquí. Gijón centró la atención de los representantes de BYD, puesto que la Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias (ZALIA), con sus más de 700.000 metros cuadrados disponibles de manera inmediata, se perfila como uno de los lugares más atractivos para acomodar la macroinstalación.

Puertollano (Ciudad Real) era el principal competidor del Principado, pero tampoco resultó elegido, ya que BYDse decantó por Hungría y Turquía. El presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, Carlos Paniceres, explica que, en su viaje a Asturias, los representantes de la compañía hicieron hincapié en la necesidad de poder contar rápido con el suelo y en las condiciones requeridas –como allanar el terreno para facilitar la construcción modular– para levantar la fábrica con celeridad. «Debemos tener listos los mecanismos de respuesta para poner esos terrenos a disposición con rapidez, porque esto va a ser clave», junto con la Ley de Proyectos Estratégicos, que en esta ocasión sí está en vigor, señala Paniceres, quien remarca que «hay que acelerar los temas pendiente de la ZALIA porque a BYD no le vale que digamos que vamos a tardar cuatro o cinco años».

La predilección de España se debe fundamentalmente a sus costes de fabricación relativamente bajos y su red de energía limpia, según declaró el director nacional de BYD para España y Portugal, Alberto de Aza. Para el directivo este país sería una ubicación ideal para una mayor expansión de la huella de fabricación europea de BYD debido a su infraestructura industrial y su electricidad barata.

Por el momento la compañía no ha comunicado ninguna decisión final, puesto que todavía está considerando otros países además de España. BYD tiene como objetivo producir en suelo europeo todos los vehículos eléctricos destinados a la venta en este mercado en un plazo de tres años, lo que le ayudaría a evitar aranceles de la UE.