Sogepsa acusa a los dueños de Agalsa de obstruccionismo para hallar una solución

Sogepsa no es el único acreedor de Agalsa, la empresa ubicada en el polígono gijonés de Lloreda, cuya deuda total asciende a doce millones de euros, de los que 4,5 adeudaría a la sociedad mixta de suelo de Asturias, pero sí es al que apunta la firma como principal responsable de su actual situación, que le ha llevado a solicitar un concurso voluntario de acreedores para la liquidación de la sociedad y a la apertura de un ERE de extinción para 102 de sus 130 trabajadores.

Sogepsa quiere defenderse y exponer los pasos seguidos en un proceso en el que, según asegura, «los dueños de Agalsa han mantenido una actitud cambiante y contradictoria», mientras que la sociedad mixta «siempre tuvo la mano tendida, hasta que ellos rompieron las negociaciones ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con el resto de acreedores, entidades financieras entre ellos».

A su favor, Sogepsa cuenta con dos sentencias judiciales por las que podría reclamar el pago de los citados 4,5 millones de euros a Agalsa por la compraventa de una parcela en el área industrial de Lloreda.

Posible inversor

En octubre del año pasado, ambas partes habían llegado a un principio de acuerdo para el pago de la deuda fraccionado en plazos hasta el año 2022, pacto que finalmente no se firmó porque los representantes de Agalsa se echaron atrás.

Hace escasos días, consejeros de Sogepsa mantuvieron reuniones con responsables de Agalsa para tratar de acercar posturas. En esos encuentros también participó un tercero, como inversor, que estudiaba la adquisición de Agalsa, lo que hubiera evitado el concurso de acreedores. Según Sogepsa, dicho inversor, al igual que un representante de la empresa, expuso que la condición para salvar la situación pasaba por evitar el pago en metálico de la deuda con la sociedad mixta de suelo.

En otro intento de que se mantuviera la actividad y el empleo de Agalsa, Sogepsa, por decisión de su consejo de administración, le ofreció no tener que abonar nada a cambio de aceptar que la parcela fuese titularidad de la sociedad mixta. La respuesta de Agalsa fue que se quedaría con la propiedad de más de la mitad de la parcela. Algo ya inasumible para una sociedad que, a su vez, también atraviesa una complicada situación financiera. «Sogepsa no puede ni atentar contra sus intereses empresariales abdicando de su defensa, ni sucumbir ante presiones y argucias de quienes, con variopintas estrategias, pretenden buscar un responsable de su situación».

La semana pasada, el consejero delegado de Sogepsa ofreció a los dueños de Agalsa seguir con los contactos, pero declinaron el ofrecimiento.