José Manuel Zapico

Secretario general de CC OO de Asturias

«Pedimos a las empresas que dejen de invertir poco y actuar solo con ayudas»

–¿Qué objetivos se fija para los próximos cuatro años?

–Ante la situación de incertidumbre a nivel geopolítico que se da en el mundo es más evidente que nunca que los sindicatos, que ante todos somos democracia tanto en los centros de trabajo como en la sociedad, tenemos que dar un salto hacia delante. Ese es el objetivo que nos planteamos en Comisiones Obreras de Asturias para los próximos cuatro años. Seguir creciendo como primera fuerza sindical, extendernos a esas empresas que no tienen representación legal de los trabajadores y trabajadoras para ampliar nuestra acción sindical y continuar con propuestas y capacidad de movilización ante los retos que tiene Asturias, que sin duda van a determinar el futuro de la próxima generación. Otro desafío fundamental es la vivienda, que tiene que dejar de ser un negocio, y Asturias tiene ahora la oportunidad de marcar la diferencia con políticas ambiciosas en esta materia.

–¿Cómo se puede defender a la industria desde Asturias?

–En primer lugar hay que afianzar nuestras fortalezas. Asturias es una comunidad autónoma con tradición industrial, con trabajadores y trabajadoras que saben hacer bien las cosas, con una gran universidad pública, con una situación estratégica en el Arco Atlántico para ser puerta de entrada y de salida como polo logístico a nuestras mercancías y un ecosistema de innovación fuerte. En esta coyuntura, donde Europa tiene que encontrar su sitio en el siglo XXI apostando por una mayor autonomía estratégica, Asturias tiene que ofrecer una industria electrointensiva que tenga capacidad para hacerse más moderna, más sostenible y seguir transformando materias primas básicas para generar servicios y bienes que son imprescindibles en una sociedad avanzada.

–Arcelor plantea deslocalizaciones y sigue sin concluir las inversiones. ¿Qué necesita?

–A nosotros no nos preocupa tanto la titularidad de la empresa como la actividad. Por lo tanto, la familia Mittal tendrá que decidir dónde va a encontrar un país en el que generar más dividendos a sus accionistas, lo que en una sociedad de libre mercado es legítimo. Y nosotros seguimos diciendo que, con o sin la familia Mittal, Asturias y Europa no pueden prescindir de tener una siderurgia integral. Lo que tiene que suceder es que el Estado y la Unión Europea tomen decisiones valientes para garantizar esa actividad sin descartar ningún escenario, incluso la intervención pública de la misma.

–Se habla de reindustrializar Asturias, ¿es el sector de la defensa la vía para ello?

–Es una parte de la actividad industrial tradicional de Asturias que encaja en esa estrategia europea por una mayor autonomía y lo normal en esta situación es que se aprovechen las instalaciones para recuperar capacidades productivas. En todo caso, la defensa, y la seguridad en general, no solo va de fronteras, sino de preservar el Estado social, democrático y de derecho, un marco que la Unión Europea ofrece al mundo basado en que es posible hacer políticas sustentándose en la paz y en un modelo social de bienestar para los trabajadores y trabajadoras, que es como avanzan las economías. Y eso es lo que está en riesgo.

–Indra pretende comprar El Tallerón a Duro Felguera. ¿Se volverá a salvar la ingeniería gijonesa?

–Duro Felguera es una empresa que se nos antoja imprescindible para el futuro de Asturias, ya no solo por su tradición, sino sobre todo por su buen hacer y la alta profesionalidad de su plantilla; que tiene cartera de pedidos y socios industriales, y ahora se trata de que las administraciones sigan arrimando el hombro para que no muera en la orilla. Por lo tanto, cualquier acuerdo con otras empresas que ayude a garantizar un plan de viabilidad y un plan industrial en Duro Felguera es una buena noticia.

–La mina ha vuelto a cobrarse vidas. La investigación está abierta, pero ¿cree que pudo haber negligencia por parte de la empresa?

–Hay que ser prudentes porque ahora estamos en días de duelo y toca acompañar a las familias y trasladarles nuestro apoyo y nuestro cariño, pero desde luego CC OO va a ser exigente para que se esclarezcan las causas y exigir responsabilidades hasta las últimas consecuencias. No vamos a especular, vamos a esperar a conocer los informes técnicos y las investigaciones, pero, desde luego, todo lo que nos llega huele muy mal. Lo que está claro es que es la transición no es justa cuando se sustituyen minas por chamizos.

–¿En una región con más de 54.000 parados hay falta de mano de obra?

–No, en absoluto. Tenemos que hacer políticas activas de empleo que, a través de la orientación, la formación y una inserción laboral real de los servicios públicos de empleo, capaciten a los trabajadores y trabajadoras que tienen voluntad y disposición de incorporarse al mercado laboral. Lo que faltan son buenos puestos de trabajo, estables y decentes. Ante lo que ofrecen determinados sectores es normal que la gente no esté dispuesta a asumir unas condiciones de trabajo de extrema precariedad y en buena medida podemos hablar de lo que está ocurriendo en la hostelería. Además necesitamos más capacidades en Inspección de Trabajo para perseguir el fraude.

–¿El proyecto de Costco es estratégico?

–Para nosotros el futuro de nuestra comunidad pasa por la industria y la innovación. En la concertación hemos acordado que esos son los sectores estratégicos, junto con la industria agroalimentaria, las energías renovables, todo lo relacionado con la economía del dato, la economía de cuidados y el patrimonio cultural y artístico. Lo que se salga de ahí para CC OO no es estratégico y mal le iría a Asturias si un supermercado lo es porque desde luego erraríamos el futuro que queremos para nuestra comunidad.

–¿Qué le pide a quien lidere Fade los próximos cuatro años?

–Le pedimos capacidad de diálogo y de acuerdo y, sobre todo, que piense en la Asturias que queremos para la próxima generación, basada en la industria, en la innovación y el conocimiento a través de la educación pública, y que apueste por un comercio de proximidad y no por grandes multinacionales. Pedimos una patronal con capacidad de apostar por una Asturias tecnológicamente avanzada y donde el empresariado deje esta etapa de invertir poco, arriesgar menos y solo hacer cuando hay ayuda pública; que deje este periodo de independentismo fiscal y que reflexione sobre cómo está creciendo el país subiendo el salario mínimo interprofesional y acerca de que el siguiente paso tiene que ser la reducción del tiempo de trabajo después de 40 años.