El retroceso de Vox en Asturias abre un debate dentro de la organización

El paso atrás agita las aguas de la formación. La dirección asturiana declinó ayer hacer valoraciones postelectorales y en ese clima de silencio sí han surgido voces pidiendo un debate interno.

El resultado «no puede ocultar la notable pérdida de votos del partido en Asturias», indicó Eladio de la Concha, exportavoz del partido en Gijón. «En mi opinión la razón principal no ha sido el voto útil derivado hacia el PP sino la división interna que viene ocurriendo y que ha llevado a que más de 200 cargos de los más de 500 electos en 2019 se hayan desmarcado del partido en el último mandato y que otros muchos no han entendido ni compartido el modo en el que se hicieron las últimas listas electorales», dijo. «En lugar de buscar la unión y el crecimiento entre los afines se actuó con una estrategia equivocada, lo que ha producido una gran fractura y desilusión en parte de las bases», analizó. «Esperamos que la dirección rectifique su estrategia», agregó.

Sofía Fernández-Peña, excoordinadora de Vox en Oviedo, coincide en que en Asturias «se han hecho cambios que los afiliados no han entendido y eso nunca es bueno. Ahora vemos que Vox, nuevamente, no ha cumplido sus expectativas».

En Oviedo, por ejemplo, «el cambio de candidata regaló la mayoría absoluta a Alfredo Canteli cuando claramente íbamos a ser llave de gobierno. Ahora Vox es irrelevante».

«De hecho ayer vimos cómo de los 15.000 votos que perdimos en Asturias, 5.000 fueron en Oviedo», anota. Fernández-Peña cree que ha llegado el momento de abrir «una profunda reflexión. La autocrítica es sana y necesaria para mejorar y crecer».