Primer debate con claro contrincante
Alfredo Canteli fijó su objetivo en Carlos Llaneza, mientras sus oponentes trataron de desmontar sus años de gobierno
P. ALVEAR
OVIEDO.
Sábado, 13 de mayo 2023, 01:26
Era el primer debate. Así que como toda primera vez había expectación y nervios. Puntualidad y trabajo preparado en equipo. Eso, todos. Alfredo Canteli, con ... corbata azul del PP e insignia del Real Oviedo, llegó con el bagaje de ser el único de los cinco candidatos que repite. Mostró aplomo, -mucho mejor que en 2015 cuando todo era nuevo, según su equipo- y se lanzó vehemente contra su primer objetivo: Carlos Fernández Llaneza, a quien reprochó estar siempre del lado del «frente del no». Después, repartió a todos. A Luis Pacho le recriminó sus críticas, calladas mientras fue parte del equipo de gobierno, dijo; a Belén Suárez la acusó de querer «intervenir» la propiedad privada; y a Sonsoles Peralta, le respondió con un «usted no me conoce de nada» a las críticas sobre su gestión.
En la sala contigua del salón Severo Ochoa del hotel de La Reconquista seguían el debate los acompañantes de los candidatos, algunos ediles, otros aspirantes a serlo, que, como la vida misma, pusieron pasión en su seguimiento. Rieron, por grupos y según el grupo, determinados comentarios; confirmaron otros; jalearon, hicieron aspavientos, se miraron de frente y de reojo, juntos pero no revueltos. No faltaron las indirectas con chanza, como la habida entre Mario Arias y Ana Taboada en el momento de sentarse. Él, «un poco centrado pero a la derecha»; ella, «mejor a la izquierda». En primera fila, los del PP y Vox; en segunda, Somos, Ciudadanos y PSOE.
Sí, Canteli tenía claro quién era su contrincante. El resto fue a por él. Pero el socialista lo hizo de manera calmada. Carlos Fernández Llaneza, con la insignia de la Cruz de los Ángeles, se presentó como un verdadero amante de Oviedo, valedor del Naranco y que quiere convertirse en un «alcalde de consenso». Conciliador.
Luis Pacho, que prácticamente coincidió con el socialista en vestimenta, pidió más «mano izquierda» a Canteli en determinadas negociaciones como la de Minas; dudó de convenios que en su etapa de gobierno «nunca vio», y metió directa para mostrar su faceta de «socio leal».
Belén Suárez Prieto, con exposición veloz, sacó al debate a los más desfavorecidos de la ciudad y prometió recuperar los antiguos chiringuitos de San Mateo, Enarboló sus ideales y lanzó una advertencia a Canteli, que a ella «no la manda callar». Buscó así su sitio.
La única que exhibió documentos, fotografías de negocios cerrados en este caso, fue Sonsoles Peralta, con chapa de Vox en la solapa. Tuvo una postura cómoda al no ser su partido de gobierno. Pudo repasar todo lo que a su juicio se ha hecho mal o no se ha hecho, las carencias y lo mucho que hay por hacer. Para el futuro, se comprometió a estar del lado de los vecinos: «Vox siempre les va a coger el teléfono».
115 minutos de debate, en el que los cinco fueron más que disciplinados ante la dirección de Juan Neira. A su término, como quien sale del ring, unos lo hicieron como si acabasen de realizar un duro examen, otros cansados, otros con la mirada aún ágil. Pero todos, como así les dijeron sus equipos, se sintieron ganadores. Otra cosa es lo que piense el elector.
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