Tino Cortina: «Para evitar el cierre de llagares hay que actuar en hostelería ya»
presidente de DOP sidra de Asturias ·
Tino Cortina plasma en cifras el resumen de su gestión al frente del Consejo Regulador:de 1,7 millones de contraetiquetas en 2016 a casi 5 millones en 2019; de 21 llagares a 32; de 270 cosecheros a más de 350. Este es su balance y visión antes de dejar el cargoEs tiempo de hacer balance. El 15 de mayo Tino Cortina abandonará la presidencia del Consejo Regulador de la DOP Sidra de Asturias, tras cinco años de gestión, convencido de que la alternancia es vital en cualquier organización y confiando plenamente en el futuro de una bebida al que la pandemia ha puesto en una situación crítica.
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-¿Se va con los deberes hechos?
-En 2016 nuestro objetivo era duplicar en cuatro años las ventas y aumentar la presencia de la dop en el mercado, además de hacer un esfuerzo por incorporar lagares a la marca. Hemos pasado de 1,7 millones de contraetiquetas a casi cinco millones en 2019, justo antes de la pandemia; de 21 a 32 elaboradores y de cerca de 270 a más de 350 cosecheros. La hostelería ha respondido francamente bien a las campañas de promoción y ha incorporado el producto a su oferta.
-¿Qué se deja en el tintero?
-Proyectos a largo plazo, como el reconocimiento de la cultura sidrera como patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco. También intentamos crear una formación específica para los escanciadores, que tendrá que retomarse. Uno de mis empeños personales es la formación en el cultivo del manzano para que no se pierda esencia del cosechero a la antigua usanza. La perfección no existe. Yo siempre abogué mucho por la unidad pero es imposible contentar a todos.
-¿Le falta promoción a la Sidra de Asturias?
-Por cada caja sidra de sidra DOP vendida, se quedan 60 céntimos para la promoción de la Sidra de Asturias y ahí hay dos palabras que son clave: sidra y Asturias. Focalizamos el esfuerzo en la promoción en la región porque contábamos con recursos para ello. Tenemos fuerza para que se nos escuche aquí pero no más lejos porque las campañas nacionales e internacionales son mucho más caras y tienen menos retorno a corto plazo. Necesitábamos ganar músculo y hacer frente a las cosechonas de Asturias para que el mercado pudiera asimilarlas. Si no hubiéramos ido a Barcelona o París probablemente no lo hubiéramos conseguido.
-¿Qué futuro le aguarda al producto?
-El futuro de la sidra asturiana pasa por una consolidación de la DOP. Es más, no se puede pensar en un futuro si no está asociado a la manzana autóctona porque si perdemos la identidad y trabajamos con materia prima foránea, cualquier multinacional puede llegar y borrarnos del mapa. Es preciso crear una cadena de valor asociada a la palabra Asturias.
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-Las grandes compañías apuestan por las 'ciders'. ¿Oportunidad o amenaza?
-Es una patata caliente. Se pone en valor la sidra desde el punto de vista de su componente más saludable, pero corremos el riesgo de que se nos encasille a todas bajo el mismo paraguas: agua azúcar y algo de manzana, cuando la sidra de Asturias poco o nada tiene que ver con las cider. Me quedo con las oportunidades, con poner en valor la manzana y llegar a un público joven.
-La pandemia les ha debilitado. ¿Será 2021 crítico?
-La sidra se consume sobre todo entre las ocho y las diez de la noche. Si no tenemos primavera, si perdemos la Semana Santa, por muy bueno que venga un verano sin romerías y con limitaciones, va a haber un problema muy serio en otoño. Las medidas hay que tomarlas ya. No podremos asumir las cosechas de manzana.
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-¿Habrá un ajuste en sector?
- Para evitar el cierre de llagares es fundamental tomar medidas ya con la hostelería, flexibilizar horarios y tomar acciones ejemplarizantes con los que no cumplan, que son los menos. Si no, será el caos. Habrá consecuencias muy dramáticas en el sector. Más del 80%de la sidra de Asturias se consume en los bares.
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