La cata más original: un vino envejecido en el espacio
Doce botellas de Petru Pomerol han envejecido durante 14 meses más allá de los confines de La Tierra
Un grupo de expertos se ha enfrentado a la cata más original de su vida para averiguar cómo envejece un vino en condiciones extremas, las del espacio. Doce botellas del exclusivo Petrus Pomerol 2000 fueron enviadas a la Estación Espacial Internacional en 2019. Un año después han regresado a la Tierra lo que ha permitido estudiar cómo han madurado más allá de los confines de La Tierra.
¿Envejecería igual el vino en el espacio que en la Tierra? Para responder a esta pregunta inusual, el Instituto de Ciencias de la Viña y el Vino de la Universidad de Burdeos se unió a la start-up de Space Cargo Unlimited en una divertida aventura: enviar una docena de botellas de vino tinto desde el sitio de la NASA en Estados Unidos.
En un viaje de trescientos millones de kilómetros, los caldos han permanecido 438 días y 19 horas a una altitud de 400 kilómetros reposando en unos cilindros estancos hechos de acero. El viaje forma parte de la Misión Wise, un atrevido programa de investigación cuyo objetivo es estudiar el impacto del entorno espacial sobre los principales componentes del vino en condiciones de microgravedad y exposición a la radiación solar.
Un mes después del regreso de las heroicas botellas, los enólogos realizaron una cata a ciegas, sin saber que se enfrentaban a un Petrus Pomerol, un vino cuyo precio en el mercado ronda los cuatro mil euros, y tampoco que su maduración se había producido lejos de la órbita terrestre.
Hier se tenait à la mairie de @bordeaux la conférence de presse pour dévoiler les premiers résultats de la mission WISE, menée par @isvv_bordeaux @univbordeaux avec @SpaceCu et qui visait à découvrir les effets de la microgravité dans l'espace sur les systèmes biologiques. pic.twitter.com/E5BhAPCESk
Université de Bordeaux (@univbordeaux) March 25, 2021
Apreciaron «diferencias reales tanto en apariencia como en sabor» entre los vinos que permanecieron en bodega y los viajeros aunque el veredicto fue unánime. Ambos eran grandes vinos. La experiencia interestelar no merma las propiedades especiales de un producto único.
Según las notas de cata, el vino espacial adquirió tonos rubí con reflejos de «ladrillo claro», ligeramente más rosado. En boca apreciaron una notable complejidad olfativa y gustativa entre las que destacaba la »dulzura, armonía y persistencia».
Una vez que la crítica ha analizado los caldos, ahora se producirán más análisis químicos para averiguar si el espacio ha afectado al producto a nivel molecular. Difícilmente los expertos volverán a enfrentarse a una cata tan particular.