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Enrique Señorán, en Farragua. ALEX PIÑA
Gijón

Restaurante Farragua

Nuestro Caldereta Don Calixto 2019 sigue encabezando listas desde su rincón que ya es escuela, y no obstante su timidez, con cada menú gana nuevas admiraciones

Sábado, 24 de agosto 2024, 02:00

Hace cinco años Farragua nos deslumbró. Y un lustro después su brillo persiste y amplía campo. Fue en 2019, año feliz donde los haya «como a nuestro parescer», glosando a Jorge Manrique, cuando un vecino playu de toda la vida, Carlos, me llevó: «Ven y verás que gloria, y encima aquí, dentro de nuestro barrio, esto no es aún El Carmen, sino Cimavilla». Y le acompañé esperando un nuevo moderno de los que proponen okonomiyaki con fabes pintes y chorizo, y lo hallado nos dejó sin palabras, pero con el más elocuente de los paladares. ¡Y el autor apenas iniciaba camino en solitario! No hay que extrañar cómo al poco fue recopilando reconocimientos y premios; entre ellos nuestro galardón de galardones, la Caldereta de don Calixto.

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Restaurante Farragua

  • Chef y Sala: Ricardo Fernández y Cristina Pérez Aguilar

  • Dirección: Calle Contracay, 3 Bajo - Gijón

  • Teléfono: 984 197 904

  • Web: farraguarestaurante.es

Ricardo nació en Plasencia, ciudad amurallada y catedralicia como Oviedo. Huérfano de padre pronto, su madre, trabajadora de hospital, olvidaba las durezas laborales cocinando por distracción y gusto. Y Ricardo adquirió tal afición que, con dedicación y capacidad, deviene arte mayor. Más inclinado al trabajo que al estudio, limpió coches y recorrió oficios mientras ejercía de cocinillas. Llegado el momento de buscar futuro, su madre Laura y su mujer Cristina le animaron a meterse en la Escuela de Hostelería de su ciudad. Y le tocan prácticas en un porrón de sobresalientes. Ya madurado y amante del Norte pide trabajo a los Manzano y una noche, paseando, encontró el local que ocupa, pequeño, céntrico, entre brisas de San Lorenzo y Fomento; el deseo de ejercer para sí mismo tras hacerlo para otros le impulsó al riesgo. Y le corona el éxito.

No me pida que nombre platos. Sepa cómo la armonía toma plaza en un local donde lo secular y lo moderno combinan gracias, y déjese llevar por sus menús, del gazpacho de calabaza, la berenjena sedosa o el pixín a la mantequilla al –igualmente indescriptible– corzo escabechado, y sepa porqué el reo asturiano, la xarda o la molleja a la parrilla producen vocativos de admiración.

Un farragua es quien va desaliñado, con la camisa por fuera del pantalón, o portando traje de baño y cangrejeras en calles interiores. Evidentemente se trata de un guiño, paradójico, sobre los quehaceres de Ricardo que, dentro de un clasicismo, un orden, una presentación y una tradición indudables no puede ocultar sutiles y adecuados toques gamberros.

Ensalada urdana y pita pinta

Ingredientes:

1 cebolla, 1 ajo, 1 zanahoria pequeña, 1 penca de apio pequeña, 1/2 cucharadita de pimentón (de La Vera), 1 naranja (su zumo), 1 limón (su zumo), piel de bacalao, 1 huevo de pita pinta, 40 g. de morcilla pata tera. Tres patatas, no muy grandes, asturianas.

Elaboración:

1. Para la base del plato elaboramos un escabeche de cítricos mediante un sofrito de ajo, cebolla, zanahoria, apio y el pimentón, al que añadimos el zumo de naranja y de limón.

2. Dejamos que reduzca un poquito y lo trituramos.

3. Aparte separamos la clara y la yema del huevo de pita pinta;espumando un poco la clara para que se rompa, y friéndola para extraer la puntilla, dándole varias vueltas hasta que quede bien crujiente.

4. En ese mismo aceite, y con mucho cuidado, ponemos la yema para que se fría levemente por fuera (reservamos hasta emplatar) .

5. Por otro lado, cocidas las patatas y con un poquito de morcilla patatera, hacemos una mezcla que atemperamos hasta obtener una masa ligera (reservamos hasta emplatar).

6. También secamos la piel de bacalao y que al freirla sufla (reservamos hasta emplatar).

7. Con la piel de la naranja y del limón hacemos hilitos muy finos que luego cocemos en un almíbar ligero junto a un poquito de guindilla, toque último y superior que aporta al conjunto un deje ligero, dulce y picante, que es muy agradable para el plato.

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