La sidra de Asturias se hace sitio en el congreso del vino

Dar a conocer Asturias desde una perspectiva diferente, la de su gastronomía líquida, plena de matices y expresiones, de carácter e historia. Con este meritorio propósito, Juan Luis García, sumiller de Casa Marcial, se enfrentó el martes al auditorio de Madrid Fusión The Wine Edition, el congreso dedicado al vino con afán por descubrir tendencias y talentos y servir de foro de debate y aprendizaje.

García habló, por supuesto, de vinos heroicos nacidos entre cantos rodados y suelos de pizarra, pero también prestó especial atención a la sidra, magistralmente escanciada por la sierense Loreto García en el escenario del evento vinícola. La suya fue una ponencia de terruño e identidad, de emoción, divulgación y producto. De variedades de manzana -la raxao, la blanquina, la regona, la durona de tresali, collao, de la Riega, verdialona, perico, panquerina...- y por supuesto de uvas: alvarín, carrasquín, verdejo... De sidras que buscan nuevas expresiones y vinos cosechados desde la épica.

Ante un público experto, entre el que se contaba Josep Roca, el responsable enológico de la familia Manzano reveló cómo un plato a base de nécora fue la inspiración para incorporar, años atrás, la popular bebida al restaurante biestrellado. Ahora, recibe al comensal a su llegada a Casa Marcial, restaurante que cuenta, incluso, con un menú íntegramente maridado con sidras del mundo

El sumiller, murciano de origen, asturiano de adopción, desgranó las particularidades de cuatro variedades de sidra y otros tantos vinos de Cangas. Primero, la sidra natural del llagar Quelo, que cedió el testigo a la de mesa, representada por Pomarina, la apuesta de El Gaitero a partir de durona de tresali, de la riega, raxao, regona y verdialona.

A continuación, las propuestas espumosas - primero, la elaborada por el método Granvas y Poma Aurea Brut Natura 2019, de Trabanco, y, después, la 'champanoise' Prau Monga Brut Nature, de Viuda de Angelón- y un deseo, que la sidra de hielo se incorpore a Sidra de Asturias.

García viajó hasta el siglo IX para adentrarse en el remoto origen de los vinos de Cangas y recaló en un pasado más reciente para abordar la épica de su cultivo y vendimia. Su cata vinícola arrancó con una propuesta «joven, jovial, expresiva, desenfadada», ideal, en sus palabras, para el chateo. Era Vive la Vida, que interpreta la 'mezcla canguesa', la de siempre, a costa de alvarín negro, verdejo tinto, carrasquín y mencia. A Escolina La Zorrina 2018 lo definió como una «pieza única». La apuesta desarrollada mano a mano por Coalla Gourmet y la bodega Monasterio de Corias, cuenta con fermentación maloláctica en barrica de roble francés, nueve meses de crianza y posterior afinado en botella.

A continuación llegó el blanco de Siluvio, el vino que alumbró Ladislao Méndez León, Lalo, en Cecos (Ibias), a partir de albarín blanco, al igual que La Media Vuelta de la bodega Las Danzas, «expresión plena del terroir» que busca que la naturaleza hable por si misma en cada trago.

• Temas
• Gastronomía
• Madrid Fusión
• Gastronomía y recetas de Asturias
• Yantar