El Viejo Pescador: el occidente asturiano sigue muy vivo

Emiliano Álvarez, fundador de El Viejo Pescador, es un ejemplo de esas sagas familiares que han vivido unidas por el puerto. Su abuelo y su padre eran pescadores. Su madre, abuela y tías trabajaron en la conservera. «Yo me crié de una manera o de otra en el mar de Tapia y aunque estuve 17 años trabajando de administrativo para una empresa siempre mantuve el enlace con mis orígenes. Fue al quedarme en paro cuando decidí volver y apostar por la calidad, por la profesión que ha tenido mi familia desde siempre».

El Viejo Pescador abrió sus puertas hace 17 años y actualmente cuenta con cuatro trabajadores que elaboran conservas de bonito del norte en aceite de oliva y en escabeche, anchoas del Cantábrico, mejillones y sardinillas. Todas ellas tienen como nexo «las ganas de llevar el mejor producto y elaborar alimentos de calidad que gusten al consumidor». Pero sin lugar a dudas, la estrella de El Viejo Pescador es el bonito del norte en escabeche. Por su gusto delicado y su sabor intenso, pero equilibrado, es indiscutiblemente el buque insignia de la casa.

Su filosofía, además de estar centrada en ofrecer grandes elaboraciones, deja un gran espacio a la inquietud. «Es necesario moverse, ir a ferias, estar en tiendas gourmet y pequeño comercio. Todos los meses, por ejemplo, vamos al mercado ecológico de Gijón».

Su objetivo: seguir conquistando el paladar de los asturianos. «Asturias es el 80% de mis ventas, seguir gustando es mi mayor motor».

El occidente asturiano sigue muy vivo y gracias a la acción de personas como Emiliano Álvarez se sigue luchando por recuperar tradiciones que hacen de Asturias una mina de productos de calidad en la tierra y en la mar.