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Tomate fresco y en conserva, de los últimos de la huerta asturiana esta temporada, servido en Casa Telva. Daniel Mora

Aquí hay tomate

Cuando las tomateras asturianas están a punto de cerrar la temporada, cocinamos su fruto en fresco y lo convertimos en conserva para disfrutar todo el año

Jueves, 26 de septiembre 2019, 12:27

El tomate llegó a Europa allá por el siglo XVI procedente de América. Lo trajo el conquistador Hernán Cortés de Tenochtitlán, hoy Ciudad de México, si bien los investigadores sitúan su origen en la cordillera de Los Andes, donde los incas lo cultivaban desde el sur de Colombia hasta el norte de Chile. El producto se popularizó rápido en el viejo continente, y su fama llega hasta nuestros días.

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Tal éxito se demuestra con un dato: el tomate es la hortaliza más cultivada en el mundo superando los 170.000 millones de kilos producidos cada temporada. Se da en abundancia en China, La India, Estados Unidos, Turquía, Egipto e Irán. Semejante amplitud geográfica demuestra que el gusto por el tomate no entiende de mapas. España está dentro del 'top 10' en cuanto a toneladas conseguidas se refiere. Extremadura, Andalucía y el Levante concentran buena parte de la producción nacional total, a la que Asturias también contribuye, aunque más en calidad que en cantidad.

El tomate asturiano se planta entre finales de febrero y abril, y se empieza a recoger a principios de verano, aunque su mejor época se concentra en los meses de agosto y septiembre. Ahora es su momento, pero este no se prolongará mucho más, por eso en estas páginas le proponemos ideas para aprovechar los últimos coletazos de su campaña. Por un lado, lo cocinamos en fresco como parte fundamental de originales recetas y, por otro, lo convertimos en conserva para asegurarnos seguir disfrutando de sus cualidades aunque fuera caigan nevadas.

El chef Xune Andrade regresó a casa hace unos meses para ponerse al frente del restaurante Monte, en San Feliz (Lena). Ahí más que un negocio, dice, gestiona una filosofía vital que le lleva a trabajar con los productos que encuentra cerca. Para 'Yantar' prepara dos platos con protagonismo tomatero, con los que demuestra la versatilidad del producto.

Xune Andrade - Restaurante Monte (San Feliz, Lena)

Xune Andrade. Daniel Mora

Andrade los acompaña de manjares del mar. Prepara flor de tomate y navaja y un tartar de tomate y vieiras. Para la primera elaboración, utiliza la variedad cherry, la más pequeña y caracterizada por un sabor ligeramente ácido, si bien el cocinero la presenta curada. Para el otro plato, el cocinero escoge tomate corazón de buey porque es muy carnoso y sabroso.

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Tartar de tomate y vieiras

Para el tartar de tomate:

Pelar y descorazonar cuatro tomates corazón de buey. Picar la carne a cuchillo escurriendo el exceso de agua. Hay que reservar esta porque se utilizará más tarde. Aliñar con alcaparra, pepinillo, cebolleta, mostaza de dion y salsa lea & perrins o tabasco.

Para las vieiras:

Media docena de vieiras, 200 gramos de alga palmaria, 200 ml. de sidra natural y 23 g. de pimienta de Sichuan.

Seleccionar y limpiar vieiras de buen calibre. Vamos a trabajar con el botón, por lo que habrá que retirar coral y músculo.

Para el marinado de alga Palmaria, rehidratar el alga con la sidra y pimentar las vieiras con la pimienta recién molida. Enterrar las vieiras en el alga ya hidratada durante 48 horas.

Para el aire de tomate:

250 ml. de agua de tomate reservada previamente, xantana y 3,3 gramos de lecitina de soja.

Con una batidora de mano, diluir los sólidos en el agua de tomate y levantar aire para obtener una textura de espuma marina.

Para el polvo de tomate:

Seis tomates deshidratados, un gramo de sal maldon y 0,2 gr. de comino en polvo.

Moler todo con un molinillo de café y pasarlos por un colador fino.

Terminar el plato con allysium amarillo y blanco.

Flor de tomate y navaja

Tomate cherry curado:

Dos tomates cherry, 45 gramos de sal y de azúcar, dos de pimienta de Sichuan y 13 ml. de aceite de licopeno.

Pelados los tomates, enterrarlos en la mezcla de los demás ingredientes durante 25 minutos. Después, con un cepillo y en seco, lavarlos y cortarlos en rodajas finas.

Consomé de tomate:

400 ml. de agua de tomate (triturarlos y filtrar), un clavo, orégano salvaje de Ubiña, 7 ml. de vino manzanilla pasada, 3 g. de mantequilla avellanada, xantana y romero, hierbaluisa, tomillo y limón seco para ahumar.

Infusionar en frío el agua de tomate, al menos, durante 48 h con clavo, orégano y manzanilla. Colarlo y añadir la mantequilla avellanada líquida. Retirar una parte y añadir la xantana. Triturar y hervir. Una vez tibio, incorporar la otra parte reservada.

Navaja:

Dos navajas y 2 ml. de aceite de avellana. Envasar al vacío y cocinar a 57ºC durante 7 minutos. Cortar la cocción con agua y

hielo. Escoger el pie de la navaja y cortarlo de forma sesgada. Reservar en su propia agua.

Champiñón:

Laminarlo y reservarlo en aceite de licopeno.

Emplatado:

En bol de piedra, alternar láminas de navaja y tomate. Colocar un disco de

champiñón y servir el consomé de tomate a unos 68ºC. Terminar con flor de manzana y hojas de rábano verde.

Conservas sin calendario

El tomate se da con preeminencia en Asturias en huertas orientadas al sur que, estén bien resguardadas. De ahí que de Gijón, especialmente la parroquia de Somió, a Cangas del Narcea, pasando por la zona centro y alcanzando Villaviciosa, este se considere su cultivo estrella. Aún así la llegada del otoño, con lo que eso implica en cuanto a reducción de horas de sol y temperaturas más bajas, recuerda que la cuenta atrás para encontrar tomate autóctono ha comenzado.

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La cocinera Sara López lleva semanas preparándose para la despedida. Ella, a los fogones del restaurante Casa Telva (Valdesoto, Siero) y del catering Flor de Cerezo, acostumbra cada temporada a reservar una parte para hacer conserva. Aquí enseña a hacer confitura de tomates verdes, fritada y la tan tradicional como indispensable salsa de tomate. Todas estas y otras muchas las utiliza a lo largo del año en su restaurante, aunque su producción, advierte, no es tan elevada como para aguantarla hasta el arranque de la siguiente campaña.

Sara López - Catering Flor de Cerezo y Restaurante Casa Telva (Leceñes, Valdesoto, Siero)

Sara López. Daniel Mora

López asegura que hacer conservas en casa no es complicado, pero que sí implica ser súper cuidadosos con la higiene y la atención prestada porque, a fin de cuentas, el problema no está solo en estropear la materia prima, sino que el consumo de una conserva mal procesada puede acarrear botulismo, enfermedad potencialmente mortal causada por un veneno producido por el microbio Clostridium botulinum.

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Para esterilizar los tarros destinados a conservas hay que seguir lo siguientes pasos: darles un lavado en el lavavajillas, pues los que hay en las casas alcanzan los 70 ºC y con esa temperatura basta, y hervirlos sin tapa durante unos 20 minutos. «Aunque los frascos sean reutilizados, las tapas deben ser nuevas y hay que ponerlas al hervir con estos», apunta López. Luego, los frascos se secan en el horno a 100-110ºC. Para manejarlos, hay que utilizar unas pinzas o utensilio por el estilo que también haya sido esterilizado previamente. El siguiente paso es rellenar el tarro con lo que se vaya a conservar recién sacado del fuego, y cerrarlo inmediatamente bien y muy fuerte. Por último, hay que volver a ponerlo a cocer de tal forma que el agua de la olla cubra el contenido sin llegar a la tapa. Estará entre una y dos horas en función del tiempo de esterilizado que requiera el contenido del tarro. Hecho todo, toca guardarlos en un sitio fresco y seco y en el que no les dé la luz.

Salsa de tomate

  • Ingredientes: Kilo de tomate, cebolla, zanahoria, sal y aceite.

  • Elaboración: Escaldar los tomates y quitarles las partes leñosas. Pelar y picar la cebolla y la zanahoria. Sofreír la cebolla en una sartén con un poco de aceite y, al rato, echar el resto. Tiempo de pasteurización: dos horas.

Confitura de tomates verdes

  • Ingredientes: Un kilo de tomates verdes y otro de azúcar.

  • Elaboración: Lavar los tomates, escaldarlos, pelarlos y quitarles las partes leñosas. Cocerlos con el azúcar durante 30 minutos y, transcurridos, triturarlos al gusto. Tiempo de pasteurización: una hora.

Fritada

  • Ingredientes: Un kilo de tomate, una cebolla grande, una zanahoria, un puerro, un diente de ajo, sal, aceite, laurel y pimienta.

  • Elaboración: Lavar las verduras. Escaldar los tomates, pelarlos y quitarles las partes leñosas y pelar y picar fino los otros vegetales. Sofreír la cebolla en una sartén con un poco de aceite. Cuando lleve un rato, echar el resto y laurel. Cocinar a fuego lento durante dos horas. Echar sal y pimienta. Triturar bien. Tiempo de pasteurización: dos horas.

La guisandera del club asturiano apunta un truco infalible para asegurar evitar el botulismo: «Aunque creamos que hicimos bien todo el proceso y a la hora de consumirla la conserva parezca estar en buen estado, puede estar contaminada. Todos los riesgos se acaban si lo hervimos antes de comerlo».

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Conservas sin riesgos

Paso a paso:

-Lavar los frascos en un lavavajillas para que alcancen los 70ºC de temperatura.

-Dejarlos hervir abiertos en una olla durante una hora. Introducir también las tapas y unas pinzas que servirán para moverlos sin tocarlos.

-Secarlos en el horno a 100-100ºC durante 20min.

-Rellenarlos inmediatamente con lo que se quiera. Es fundamental que el contenido se vierta aún hirviendo. Cerrarlos inmediatamente y bien.

-Ponerlos a hervir en una olla vigilando que el agua cubra el contenido, pero no alcance la tapa. El contenido marca el tiempo de pasteurización.

Principales riesgos y cómo evitarlos:

-Tapas siempre nuevas. Los botes sí pueden reutilizarse.

–Hervir siempre antes de consumir.

El tomate es uno de los indispensables de la cocina española, el ingrediente básico de muchas de nuestras recetas más internacionales, véase el gazpacho. Si su versatilidad permite utilizarlo para casi cualquier cosa, su curiosa historia lo hace aún más interesante, pues aunque desde el punto de vista botánico se trata de una fruta, una ley estadounidense lo definió como hortaliza en 1887 para aplicar un impuesto a su importación.

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