El Café de Pandora
Nació café de pinchos y bollos selectos, y funge ahora como restaurante innovador y fresco
Madre, padre e hijo, muy apropiado para el día de hoy. No hablamos de la Sagrada Familia, que sólo hay una y se completa esta noche, sino de Cristina, Alberto y Alejandro unidos, además, por una pasión común: su pequeño restaurante de atenciones personalizadas y platos imaginativos y sensitivos.
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Fueron poco a poco, Cristina cocinando, Alberto encargándose de salas tan prestigiosas como las del Balneario de Salinas, y Alejandro, el hijo que les vio, les vivió y les tomó ejemplo, ejerciendo de chef joven y reconocido, que entre sus premios ciñe un Cordon Bleu juvenil.
El Café de Pandora
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Dirección: Calle San Bernardo, 6, Avilés
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Teléfono: 985 569 460.
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Cocina y sala: Alberto Villa, Cristina Pérez y Alejandro Villa Pérez.
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Apertura: 1998.
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Descanso: Ningún día.
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Precio Precio medio:30 euros.
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Tarjeta Sí.
En 1998, siendo Alejandro aún niño, sus progenitores abrieron el Café. Y recibieron éxito y aplauso por sus desayunos y meriendas, sus expresos y sus chocolates, sus marañuelas avilesinas y sus bollos pascuales, sus tortitas americanas y sus galletas caseras. Luego, acabó Alejandro el bachillerato, eligió por carrera destacar en la escuela de hostelería praviana, y comenzó a inventar pinchos y tapas inusuales y convincentes: el café amplió horizontes. Tras ejercitarse por estrellas vascas o ante la playa y mar de Isaac y Miguel Loya, acordaron los tres hacer del Café, sin cambios de nombre que la historia blasona, un comedor de sensaciones y emociones: cocochas de bacalao glaseadas, canelón de centollo gratinado, pixín negro con salsa de plancton marino, pulpo en baja temperatura, arroces esenciados, callos, ensalada templada de bugre y, gustoso de elegir orígenes, carrilleras de Guijuelo, paletillas de Segovia, solomillos asturiano y pitos de Illas.
Una pena que la novísima generación de cocineros asturianos se haya graduado con la crisis y deban padecer las oscuridades de la pandemia, pero en el fondo de la caja queda la esperanza.
Arroz blanco cremoso con gamoneo, trufa negra de invierno y calamares guisados en su tinta
INGREDIENTES. 1 cebolla. 1 ajo puerro. 2 dientes de ajo. ½ pimiento verde. 1 calamar de potera. Tinta de calamar. 500 ml de caldo de pescado. 3 onzas de chocolate Valrhona guanaja 70%. 200 ml de albariño. 100 ml de oporto. Sal. Aceite de oliva virgen extra. Chorro de salsa sriracha. Para el arroz blanco:40 gr de arroz aquarello. 70 ml de nata para montar. 20 gramos de mantequilla. 1 diente de ajo - 50 ml de agua. 80 gr de queso gamonéu. Pimienta negra. 1 chorro de brandy. Trufa negra de invierno. Cebollino picado.
PREPARACIÓN.
1. Cortar el calamar limpio en cuadrados.
2. Trocear y pochar las verduras, añadir el calamar y rehogar 15 minutos.
3. Incorporamos el caldo de pescado y la salsa sriracha.
4. Dejamos que cueza dos horas y, al final, le metemos las onzas de chocolate para darle untuosidad y dulzor.
5. Para el arroz. Derretimos la mantequilla, sofreímos el ajo y añadimos la nata.
6. Dejamos que espese ocho minutos.
7. Echamos el arroz, la pimienta y el agua, que cueza doce minutos.
8. Cuando el arroz esté en su punto, añadimos el queso y el brandy. Reposar dos minutos y rayamos encima la trufa negra y el cebollino.
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