Restaurante Komiwa
Komiwa te permite acercarte a las tradiciones y gastronomías niponas a través de platos hogareños
El Restaurante Komiwa, en Oviedo, está a punto de cumplir cinco años. Takahito Terasaki y su mujer rinden homenaje al país nipón, del que es oriundo, mediante una cocina sencilla, como la que se podría comer en cualquier hogar de Japón. Su propuesta tiene dos vertientes en función de los días de la semana: los miércoles y jueves solo sirven ramen, en concreto de la variedad Tonkotsu, que lleva carne de cerdo; mientras que los viernes y sábados la oferta se compone de un menú degustación de cinco pases y un postre por 43 euros. El ramen merece mucho la pena y es económico. Como lleva carne, fideos y verduras tiene más enjundia y llena más de lo que pudiera parecer en un principio. Buen caldo, sabor equilibrado y precio razonable.
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La opción del menú degustación de otoño, recién estrenado, comienza con unos tacos atún rojo y blanco aderezado con siete especias japonesas, que estaban buenos, con el pescado jugoso, y una sopa de almejas y patata con bambú, apio, langostinos y nueces, muy densa para nuestro paladar y muy plana. Continúa con un salmón con miso y cebolleta que estaba rico, acompañado de arroz y nabo encurtido, y una panceta cocinada en soja con espinacas y mostaza japo muy interesante, tierna e impregnada del líquido de la cocción.
Restaurante Komiwa
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Dirección Miguel Ángel Blanco, 53 (Oviedo)
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Contacto 668 62 95 11 www.komiwa.com
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Precio sin bebida: 43 euros menú / 18 euros ramen
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Descanso domingo, lunes y martes
El siguiente pase fue un cocido de verduras y setas, en concreto shiitake y shimeji, con patata y calabaza japo que estaba sabroso. Es de valorar que muchos de los ingredientes provienen de Japón y permite acercarnos a esa cultura oriental con naturalidad, ese es un punto fuerte de la casa, su autenticidad. Como colofón a la parte salada, cinco nigiris, muy esperados, que decepcionaron por la calidad del arroz y la temperatura, muy fríos. Eran de lubina, salmón, lomo de atún rojo, ventrisca y anguila. La nota dulce vino con un Kuri Monaka, un postre típico elaborado con castañas, nata y caramelo, presentado en una galleta de harina de arroz de textura perfecta, crujiente.
Tras dos visitas el restaurante me parece un acierto y una maravilla que podamos degustar esta cocina real y natural en Oviedo. Es ideal para adentrarse en la cultura y la gastronomía japonesa, que es muy interesante. El menú lo cambian con cada estación, con lo que el actual estará vigente tres meses. El trato es maravilloso, muy dulce y bien explicado. No dejes de tomar el sake que tienen, de buena calidad. En la cocina echo en falta un poco más de riesgo y de evolución. Teniendo en cuenta todos los parámetros se le otorga una puntuación de 11,5 puntos.
A destacar
Lo mejor
El trato, muy dulce, y el ambiente, silencioso, en un espacio singular. Los platos te los explican muy bien, con los nombres en japonés y la correspondiente traducción e ingredientes.
A mejorar
El sushi debería estar más cuidado, preparado al momento y con el arroz y el pescado más atemperados, estaban demasiado fríos.
El plato
Verduras y setas en perfecta simbiosis, con la shimeji y la shiitake carnosas, con buena textura, y un buen fondo de sabor muy natural. Cocina saludable bien entendida.
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El lugar
Es una pequeña taberna con espacio para apenas 15 comensales, repartidos en cuatro mesas y una pequeña barra, con manteles individuales, servilleta de papel y palillos desechables. La decoración es sencilla, como una izakaya en cualquier barrio de Osaka o Tokyo. Muy auténtica y diferente.
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