Luci Pérez y Toni Fernández, en la sala de La Figar. JUAN CARLOS ROMÁN
CABAÑAQUINTA (ALLER)

Restaurante La Figar

Dentro de sus muros y terrazas, con las precauciones obligadas, la feliz normalidad retorna y se paladea en este restaurante allerano

Jueves, 20 de enero 2022, 10:40

Queda donde, hasta hace muy poco, había un práu, y un bajo que fue garaje, chigre y tienda, mirando hacia un costado del Ayuntamiento de Aller, entre densos bloques de vivienda modernos y solitarias casinas populares. Jardines, juegos infantiles, centros oficiales, la estación del Feve y el río Aller, padre del Caudal, amplían y enriquecen los alrededores: la quinta cabaña, a diferencia del quinto pino, posee un aspecto ordenado y cosmopolita.

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RESTAURANTE LA FIGAR

  • Dirección: Calle Doctor Fleming, 2 - Cabañaquinta (Aller)

  • Teléfono: 985 494 347

  • Cocina y sala: Luzdivina Pérez Suárez 'Luci', Verónica Fernández Pérez y Antonio Menéndez López 'Toni'

  • Apertura: 31 de mayo de 2018

  • Descanso: lunes

  • Menú laborables: 10 euros

  • Menú sábado: 17 euros

  • Menú domingo: 22 euros

  • Bodega: con clásicos y modernos

  • Ajuar: de calidad

  • Sidra: Valdeboides

Contar con tren en las inmediaciones, añade a La Figar creciente valor. Crecemos quienes nos movemos sin automóvil por estos actuales tiempos confusos. También disponer de una amplia terraza posterior cerrada con cristal y limpio enmarque de madera que se prolonga al aire libre bajo los cielos que toquen, últimamente tan cálidos y luminosos, seguro vaticinio de noches casi polares

No pasa desapercibida la nueva arquitectura del restaurante, trátese de la fachada, de la barra y zona de tapeo, del comedor, y de las terrazas; hay gracia y estilo en los afanes empresariales y culinarios de la madre, el hijo y la nuera: Luci, Verónica y Toni. Afanes que, tratándose de un concejo tan arraigadamente ganadero, centran su atención en vacas, gochos y reciella: una esquina acoge el corro de acero, ladrillo, fuego y brasas donde se estacan y doran los corderos.

Pero si las chuletas y chuletones, o la paletilla y el cochinillo, ejercen de blasones, nada de la Cuenca le es ausente. Figar pródiga en sanxuaninos y miguelinos, la fabada con denominación de origen, el pote según manda Santa Bárbara patrona de los mineros, los renombrados callos, el tomatero bacalao a la asturiana, el bacalao con pisto de aquí, los chipirones a la plancha, los mejillones a la varia, el magret de pato con pimientos confitados, los renombrados callos, y un arroz con leche o un requesón con miel y nueces «dan pa llamber el focicu y los déos».

Luci y Toni, naturales de Cangas del Narcea, eligieron la hostelería por destino común, y tras años de cocinas y salas, incluido otro establecimiento familiar en Ujo y sumada Verónica laboral y románticamente en Cenera, el arriendo de 'El Surtidor' les movió a Cabañaquinta.

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Quedaba, eso sí, la madurada necesidad del lugar propio por continente, y propio por contenidos. Buscaron y encontraron la ubicación deseada, meditaron el diseño adecuado, cuidaron detalles y lograron orden y geometría, de la disputada mesa de pino a la entrada, al Altu La Codallona por fondo.

Inauguraron en el 2018, cuando éramos felices sin saberlo. Ellos permanecen felices. Felices, orgullosos y considerados.

Cazuela de pulpo y gambas

Ingredientes

- 1 pulpo de dos kilos

- 200 gramos de gambas

- 5 dientes de ajo

- 1 guindilla

- 1 pizca de pimienta

- sal gruesa

- oliva extravirgen

Elaboración

1. Ablandamos el pulpo golpeándolo antes de cocinarlo; para evitar tan cruenta acción mejor usémoslo congelado.

2. Una vez descongelado lo introducimos en una cazuela llena de agua hirviente a fuego vivo; la congelación no hace necesarios los tres sustos que evitan el enrollamiento de los tentáculos, pero se le pueden dan igual siguiendo el ritual.

3. Damos por sentado que antes de la cocción le habremos retirado todas las impurezas, limpiándolo a mano bajo el grifo, y de la cabeza al extremo final de los ocho tentáculos.

4. Dejamos que el pulpo cueza de cuarenta a cincuenta minutos, y con un gancho lo depositamos sobre una fuente.

5. Esperamos que temple y cortamos los tentáculos en trozos de centímetro.

6. En una cazuela con el aceite caliente, doramos los ajos laminados y la guindilla.

7. Cuando los ajos tomen color, añadimos las gambas y las rodajas de pulpo.

8. Rehogamos, rectificamos de sal, y retiramos del fuego.

9. Servimos en cazuela de barro;de desearlo incorporemos unas patatas panadera por lecho y usemos un pan de miga para mojar en la rica salsa.

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