Rubén Vega
Ingeniero de formación, se decidió por seguir la tradición familiar, pero modernizándola: cambió un obrador tradicional por hacer pan de hamburguesas
José M. Requena
Sábado, 9 de agosto 2025, 14:20
Tras acabar la carrera y el máster en Ingeniería, a Rubén Vega Miranda le entró el irrefrenable impulso de lanzarse a la piscina y «crear ... una empresina». Para ello, tiró de lo que tenía más a mano: el mundo del pan, al que se dedicaron su tío, su padre y su abuelo Manuel, que en 1954 creó en Quintes La Mariñana, un pequeño obrador. Ahora, dos años después de aquella decisión, y con solo 27 en su haber, se pueden degustar sus panes, esponjosos y mantequillosos, bajo la marca Runi's Premium Bakery, en algunas de las mejores hamburgueserías de Asturias y, cada vez más, fuera de la región. Sin duda, su abuelo Manuel estaría orgulloso de ver en qué derivó aquella tiendina.
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–De raza le viene al galgo.
–Sí. Mi abuelo Manuel, en 1954, abrió una pequeña tiendina, un obrador de pan tradicional en Quintes, La Mariñana, que a día de hoy sigue existiendo. Las riendas las tomaron mi padre Rubén y mi tío Juan, con la idea de darle una vuelta y aumentar la producción, con más maquinaria. Empezaron vendiendo a supermercados y público más amplio.
–Y después llegó usted, para darle una vuelta de tuerca más.
–Sí. Yo nunca tuve mucha relación con el tema del pan, pero al acabar de formarme como ingeniero me apetecía montar una empresina, pero fuera del ámbito ingenieril. Entonces me puse con mi padre a investigar un poco qué tendencias había en el mercado, y vimos que el mundo de las hamburguesas estaba en su máximo esplendor. Nos pusimos a hacer pruebas en el propio obrador, hasta que dimos con un pan de hamburguesa que nos encajó y gustó a la gente y nos pusimos a comercializarlo.
–Fue un proceso muy acelerado.
–Sí. Ahora somos tres trabajando en la empresa, pero ya estamos en una nave, en Porceyo, para nosotros, que era algo necesario. Desde el principio todos tuvimos claro que si esto iba para adelante, yo tendría que mudarme a otro sitio, sobre todo por el tema espacio. De momento, vendemos solo al por mayor, por un tema de logística, y ya estamos presentes en hamburgueserías de Gijón, Oviedo, Avilés… y estamos empezando a tener presencia también fuera de Asturias, en Galicia o Cantabria.
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–¿Qué es lo más importante en un buen pan de hamburguesa?
–Lo más importante es que sea un pan blando, esponjoso, fácil de comer. Y, por supuesto, la materia prima. Nosotros utilizamos materias primas de calidad, no escatimamos en ello. Usamos mantequilla, harinas de gran calidad… Es lo que nos diferencia, desde el primer momento quisimos hacer un pan lo mejor posible, y nos mantenemos fieles a esa receta.
–¿Cómo podemos diferenciar un pan de calidad cuando lo tenemos delante?
–Los panes industriales serán todos iguales entre sí, al ser una línea productiva. En nuestro pan hay pequeñas variaciones de tamaño, forma… También nuestro pan es más brillante, de un marrón más apetecible.
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–¿Es el pan el gran olvidado de las hamburguesas?
–Sí, pero cuando se pone un pan malo, se nota rápido. Es verdad que la gente se suele fijar más en la carne, el queso, la salsa…, pero el pan es muy importante. Además, un buen pan aporta un toque de sabor, muy mantequilloso.
–¿Cuáles son las tendencias en el sector?
–Cuando empezamos a hacer las pruebas, hace un par de años, eran panes más grandes, con más diámetro. Y ahora la tendencia va hacia panes más altos, pero con menos diámetro, para hacer hamburguesas más altas. También están muy de moda los panes de colores, pero eso es algo más pasajero. Creemos que al mundo de la hamburguesa aún le quedan algunos años, hay incluso una tendencia alcista.
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