La memoria fotográfica de Pumarín

Está en la memoria colectiva de Pumarín. Fueron cientos los vecinos que posaron para la intrahistoria propia y colectiva en aquel estudio de la calle Aragón de nombre Karty que entre 1960 y 1995, cuando aún se disparaba en negativo y el móvil era un artilugio imposible e inimaginable, fue el punto de encuentro para bodas, bautizos, comuniones y demás actos sociales.

Aquel estudio fotográfico que regentaron dos fotógrafos, Florentino Mahamud Cuetos, entre 1960 y 1990, y Roberto Canga Vega, hasta 1995, recobra actualidad veinte años después de despedirse de su público porque su legado se conserva ya a buen recaudo entre los fondos del la fototeca del Museo del Pueblo de Asturias, que lo acaba de incorporar a su guía on line. En ella se pueden ver fotografías de muy diferente índole: desde desfiles de modelos a fotografías familiares pasando por instantáneas de edificios, de escaparates y de luminosos que dan buena cuenta de cómo ha ido creciendo y evolucionado el barrio en las últimas décadas. A las fiestas de cumpleaños y escolares, a las entregas de premios y a las actividades deportivas, a las bodas y las celebraciones, se une también el trabajo realizado para diferentes empresas de la ciudad con fines comerciales y publicitarios, que permiten, por ejemplo, rememorar el aspecto que tenía la fábrica de patatas Pumarín.

Ese fondo, que llegó al museo a través de una donación, está constituido por casi 62.000 fotografías, la mayor parte negativos en diferentes formatos, pero también por casi medio millar de positivos.

Pero más allá de las cifras, el estudio fotográfico ocupa un lugar destacado en la memoria sentimental de todo un barrio. Sobre los muebles de muchos de las casas aún hoy se conservar imágenes captadas en aquel pasado aún reciente. El trabajo de Karty es representativo del que realizaron numerosos estudios fotográficos de Gijón.