Los 'ocho magníficos' de Jove

En Jove queda folixa para rato. Así lo confirman los ocho integrantes de la nueva comisión de festejos Santa Cruz que acaba de recuperar las tradicionales celebraciones que antaño hacían del barrio lugar de peregrinación para gijoneses y foráneos, y que llevaban en suspenso desde 2003. El reto, por tanto, era duro, pero el empeño y el trabajo de los jóvenes organizadores dio sus frutos. «Hasta el momento lo único que recibimos fueron críticas positivas y agradecimientos de los vecinos por recuperar estos festejos», señalan.

Todo comenzó a gestarse hace ahora un año y de forma completamente casual, como sucede a menudo con los grandes proyectos. «Estábamos en una comida de la asociación de vecinos y empezamos a comentar que prestaría mucho volver a tener unas fiestas como las de antes», rememora Sonia Souto, presidenta de la comisión. Lo que comenzó como una mera conversación se fue tornando cada vez más serio y pronto se fueron uniendo más vecinos dispuestos a arrimar el hombro hasta completar el octeto que componen, junto a Sonia, Emilio Martínez, Tania Serna, Róber Álvarez, Desireé Días, David García, Borja Fernández e Inés García.

Lo primero fue encontrar un prau. «La antigua comisión lo dejó, entre otras cosas, por la ausencia de espacios para albergar las fiestas, que antes se hacían detrás del colegio del barrio», recuerdan. La buena disposición del propietario de la parcela conocida como 'Los Silos', quien la cedió para acoger las celebraciones desde un primer momento, les ahorró pasar por ese trance, destacan. No se libraron, eso sí, del intenso trabajo de adecuación del terreno para el que contaron con la colaboración de varios vecinos de la parroquia.

Retransmisión en directo

Tras decenas de reuniones en las que «hubo de todo: risas, enfados, peleas, nervios, alegrías...» y con la «inestimable» ayuda de José Ramón Suárez, presidente de la Sociedad de Festejos San Pedro de Castiello, los festejos fueron tomando forma y finalmente el pasado 1 de julio llegó la hora de la verdad con el pregón y la primera verbena, si bien los campeonatos de bolos asturianos, tute y parchís habían comenzado días antes. «Trabajamos sin descanso antes, durante y después de las celebraciones, algunos haciendo malabares con sus respectivos trabajos 'oficiales' y otros sin apenas tiempo para ver a nuestros hijos. Pero mereció la pena sin duda», asegura Desireé.

Ella fue, además, la encargada de retransmitir en directo, a través de las redes sociales, momentos importantes de las fiestas, como el pregón, los inicios de las verbenas, los fuegos artificiales y los sorteos, entre otras cosas. «La gente del barrio que por residir fuera o por motivos de trabajo no pudo asistir a las fiestas lo agradeció mucho y hubo quien prometió pedirse vacaciones el año que viene para no perdérselas», señala Desireé.

Nuevas tecnologías aparte, todos coinciden en el buen balance de unos festejos que se caracterizaron por «el buen ambiente y la ausencia de conflictos». El botellón, reconocen, también estuvo presente, aunque de forma «bastante minoritaria. Se veía a algún que otro grupo de chavalinos, pero por lo general la gente se portó y consumió en la barraca. Saben perfectamente que sin dinero no hay fiestas», explica Emilio.

Llamamiento a nuevos socios

Una vez descansados y con la intención de disfrutar a tope del verano, los 'ocho magníficos' de Jove planean volver a reunirse en septiembre para hablar de las fiestas de 2017. «Que la gente se prepare, porque serán todavía mejores», manifiesta Desireé. Sus compañeros se muestran de acuerdo y aprovechan para hacer un llamamiento a sus vecinos para que se unan a la comisión. «No cobramos ni un euro y trabajamos un montón, pero es una experiencia guapísima y, además, las fiestas se viven de otra forma desde dentro», aseveran.