'Macrochigrón': la sidra toma Gijón

Botella de sidra en mano y a vivir el verano. Qué tendrá ese caldo que en Asturias no nos hace falta nada más que una botella para montar una buena fiesta. Tanto es así que ya van veinticinco años que Gijón celebra su Fiesta de la Sidra Natural, denominada de interés turístico nacional, y quien la ha vivido sabe que no es para menos.

Gijón huele a la bebida autóctona por excelencia. Y ayer, a pesar de la inesperada tormenta de verano que cayó sobre la ciudad, alrededor de una veintena de personas, además de olerla, pudieron catarla. ¿El motivo? Un taller de escanciado en el Campo Valdés.

Los aspirantes a gran escanciador fueron instruidos por la campeona de Asturias en este arte, la sierense Loreto García. Ella misma aseguraba que, «a pesar de que el primer culín es el más fácil de escanciar para todo el mundo, es muy difícil hacerlo bien a la primera».

Por eso, intentaba enseñar a todo aquel que se acercaba. «Para escanciar bien, hay que regirse por las bases del decálogo del escanciador. En eso nos basamos en los concursos: cosas como no mover el vaso, que caiga justo en el borde, no machacar la sidra o no doblar el codo son esenciales», aconsejaba. Añadía, además, que «escanciar es comparable a andar en bici: empiezas con cuatro ruedas y con el tiempo acabas con dos. Con la sidra empiezas con agua y, después de seis meses más o menos, acabas escanciando casi a la perfección».

Asturianos y turistas casi a la par tomaban nota junto a ella de cómo echar un buen culín junto a la Iglesia de San Pedro. Era el caso de Joaquín, que, a pesar de ser de aquí, de la tierra, acudió a perfeccionar su técnica. Y, cerca de allí, en la plaza Mayor, a las 22 horas, el grupo Taranus animó la lluviosa noche a ritmo de folk metal.

Poco más allá, junto al Puerto Deportivo, más de veinte casetas que forman el Mercadín de la Manzana y la Sidra siguen instaladas hasta el domingo, cuando acaba la fiesta. Y es que, como dice un viejo proverbio asturiano, 'beber sidra sin algo que comer ye un mal proceder', así que allí se puede poner solución a la fame con infinidad de productos hechos con manzana, desde pasteles a brochetas. Pero, además de comida, también hay jabones y elementos decorativos. Y, para los que quieran seguir empinando el codo, también hay una selección de licores asturianos.

El festival da además la oportunidad de conocer los llagares de ayer y de hoy, gracias al bus de la sidra. Previa inscripción, un autobús se encarga de trasladar a los usuarios a los llagares que forman parte de esta ruta, uno distinto cada día, a excepción del sábado, que será el turno de los dos últimos.

Frutos, Peñón, Trabanco, Menéndez, Castañón y Cabueñes serán los encargados de enseñar cómo se hacen algunos de los mejores caldos.

Y, para quien eche de menos una buena folixa, hoy mismo, en el Solarón, a partir del mediodía y hasta la 1 de la madrugada, tendrá lugar la primera de las cuatro grandes romerías en el centro, donde también los más pequeños podrán pasárselo pipa gracias a las atracciones que hay instaladas. A partir de las 22 horas, la orquesta La Fórmula amenizará la noche. Y, poco antes, a las 17, también tendrá lugar en la plaza Mayor el Concurso Oficial de Escanciadores, en el que cada año suelen participar cerca de una treintena de aspirantes.

Culinos para todos el domingo

Todo, antes de que llegue el fin de semana y, con él, empiece el plato fuerte de las fiestas. Mañana, a partir de las 18 horas, tendrá lugar el tradicional Récord Mundial de Escanciado Simultáneo en la playa de Poniente.

Este año, se intentarán superar los 8.564 asistentes del pasado. Y, una vez conseguido -si es que se logra-, quien aún tenga fuerzas para seguir con la fiesta puede desplazarse hasta el Solarón, donde continuará la romería hasta las 2 de la mañana, ya que a partir de las 22 horas la orquesta Sonora Real animará al público.

El sábado, a las 21 horas, en la plaza Mayor, habrá canciones de chigre para animarnos a todos, a paisanos y muyeres, porque, después, como siempre, la verbena continuará en el Solarón con Takikardia. Y, para quien crea que los domingos están hechos para descansar, mejor que se pase a eso del mediodía por el Ayuntamiento. Allí, los llagares repartidos por la plaza darán a probar culinos a todo aquel que se acerque. Se repartirán los premios 'Elogio de Oro', a la mejor sidra servida durante la fiesta, y el 'Premio del Público', elegido mediante la cata a ciegas que culminará a las 15 horas con el 'Asturias, Patria Querida', interpretado por la Banda de Gaitas Noega. Y, para acabar todavía con mejor sabor de boca, la orquesta Assia estará a las 22 horas en el Solarón.

Gijón se despedirá entonces de la sidra en la calle hasta su próxima fiesta, pero, por suerte, siempre nos quedarán los chigres.