«El Club de Regatas es parte inequívoca de la ciudad»

Arropados por decenas de socios, familiares y la inestimable colaboración del Coro Voces de Cimadevilla, catorce veteranos del Club de Regatas fueron homenajeados ayer, día del socio, con una insignia de oro en reconocimiento a su trayectoria en la institución. «Es un símbolo de agradecimiento a estos más de 40 años que cada uno habéis pasado aquí junto a vuestras familias», resaltó Alfredo Alegría, presidente del Club.

Después de una misa en la que se recordó a los socios difuntos, se procedió a la entrega de los galardones.

La salve marinera y el Asturias Patria Querida cerraron un acto que llenó de emoción a los homenajeados. Las amistades y el inigualable enclave, con las olas del Cantábrico rompiendo cada mañana en sus puerta, son dos de los factores que todos los veteranos citan a la hora de repasar sus décadas en la institución. «El Club de Regatas forma parte inequívoca de la ciudad. Yo no concibo un Gijón sin él, sería totalmente distinto», explicó Francisco Gil, uno de los distinguidos. Él, que acumula 60 años de tradición regatista, asegura que después de haber vivido en Sevilla, Madrid, Santander o Cádiz -«prácticamente media España»- siempre volvía a Gijón «con la seguridad de encontrar en el Club un punto de encuentro en el que volver a sentirme a gusto». En la misma línea se manifestó Avelino García, emocionado por el reconocimiento y por la acogida del resto de miembros del club presentes en el acto. «Vivo esta institución de manera muy intensa, sobre todo después de las buenas amistades que han salido de aquí», anotó. Mientras recibió la felicitación de muchas de esas amistades, añadió con gracia que pese que recibir premios por cumplir años «es malo, peor sería no hacerlo», como así corroboró Alegre: «Los que somos un poco más jóvenes tenemos que seguir su ejemplo».