Las empresas se manifiestan con el corazón dividido

Las empresas estibadoras están acostumbradas a trabajar en unas condiciones de escasa competencia en lo que a costes salariales se refiere, por la bolsa de trabajo común que utilizan. Además, que esos costes sean altos no se puede decir que les perjudique, siempre que todos mantengan las mismas condiciones, porque los repercuten en la mercancía. Por otra parte, sopesan las consecuencias que a corto y medio plazo puede tener la pretendida liberalización, por las pérdidas derivadas de la conflictividad que se avecina.

Por ambas razones, no pocas empresas han suscrito ya acuerdos con los trabajadores a favor de buscar una salida negociada al problema e incluso hay quien critica abiertamente que no se haya hecho nada para resolver el problema en los últimos dos años y ahora se quiera aprobar una reforma muy polémica en un par de semanas y por medio de un decreto.