«La carretera Piles-Infanzón requiere una reforma integral»

Acaba de ser reelegida, por cuarta vez, presidenta de la Asociación de Vecinos de Somió, con 1.350 socios. Ocupa el cargo desde hace quince años y lo seguirá haciendo otros cuatro. Soledad Lafuente (Somió, 1957) está orgullosa de su parroquia y, por este motivo, sigue al pie del cañón, aunque echa en falta «tener un relevo». Lafuente compagina su trabajo con su condición de abuela -cuida y pasea a su nieta-, y sus dos presidencias vecinales: la de Somió y la de la Federación Les Caseríes. Con todo, revela que los fines de semana saca tiempo libre para sus aficiones.

Al final de este mandato habrá cumplido 19 años al frente de la Asociación de Vecinos de Somió, toda una mayoría de edad.

Aunque tenemos socios nuevos que colaboran y ayudan dentro de las juntas, no hay quien quiera dar el paso a presidir, porque nadie de fuera va a entrar a optar a la presidencia. Tiene que ser alguien que está dentro de las juntas. Por eso, el año pasado les dije, en plan de broma, que había que hacer una renovación pero el paso a presidir no se da, así que en la medida de lo que podamos voy a continuar. Entraron ahora cuatro personas nuevas, salieron dos, uno de ellos por fallecimiento. Eran colaboradores que teníamos para todo en la asociación y ahora van a formar parte de la junta. Esto me va a suponer un alivio a la hora de repartir las cargas, a ver si puedo delegar un poco. Son Ovidio Menéndez, Isabel Manso, Carmen María González y Raquel García.

¿Asume el cargo con ganas o solo por falta de alternativa?

Me gustaría delegar, aunque yo no me voy a apartar nunca de la asociación. Pienso que mientras me dejen estar aquí... Porque nací en Somió, quiero a Somió, me gusta Somió y trabajo por Somió. Yo creo que es la base de esto, que te guste hacer algo por los vecinos y que lo disfrutes.

Se acaba de hacer pública la contratación a Oca Construcciones y Proyectos del edificio destinado a ser su local social tras muchos años de lucha al respecto.

Parece que sí. Tenemos una resolución firmada el 31 de enero que le da a la empresa quince días para comparecer en el Ayuntamiento y firmar el contrato. A partir de ahí son ocho meses de obras. Viendo esto parece que es una decisión en firme y que va a consumarse.

Será un edificio de sostenibilidad medioambiental con un presupuesto de 327.743 euros.

Es algo que tenemos que agradecer a las juntas directivas anteriores. Tener durante tantos años este pequeño 'triángulo' no impidió a la gente de la asociación dejar de trabajar. El problema que tenemos aquí es que no podemos dar cursos o charlas y al no tener un lugar adecuado donde reunirnos estamos perdiendo la voz de los vecinos y esa cercanía. Ellos demandan continuamente un sitio donde estar. Y en Somió no hay. Los locales parroquiales no son adecuados. Arrastramos este problema desde hace mucho tiempo y lo suplimos con los locales de hostelería de la zona.

Otra de las reivindicaciones que arrastran desde hace años es la reforma integral de la carretera del Piles al Infanzón (AS-247). ¿Seguirán con esta lucha?

Desde luego. Hemos reclamado al Principado, que no responde, y al Ayuntamiento, que se ha movido algo. Esperamos que este año el Gobierno regional nos haga caso, entienda su connotación urbana y acometa una reforma integral. No tiene semáforos, ni pasos de peatones, la luz llega hasta esta zona y no hay en el resto. Aunque sea con apaños, pedimos que se aproveche para la zona rural lo que sobra en la ciudad. Por ejemplo, para poner unos bancos.

¿Algún otro proyecto urgente?

Estamos pendien pute del tema de la playa de perros en El Rinconín. Se escogió la escalera 24 y creemos que no estuvo bien decidido. La escalera 24 es la última que tiene Salvamento, papeleras, limpieza y desde que se dedicó a los perros, sus dueños no saben convivir con las personas. No puedes ir a la playa y ver que pasan por encima de ti los animales sin ningún control, que ladran, que pelean, que no se recogen los excrementos. Se ve que no se cumplen desde el paseo. Hemos recibido a gente de Gijón que han venido a ver si estamos haciendo algo con las quejas. Desde el minuto cero ya nos pusimos en contacto con el Ayuntamiento a través de escritos. El último, tras el verano, al ver toda esta problemática y estudiar el tema. No queremos que lleven la playa a otro lado, pero sí que habiliten otra. En este caso es la escalera 23, la anterior. Es una playa próxima y no afecta a tantas personas y familias que han dejado de ir a la playa del Rinconín por culpa de estos comportamientos. También queremos que se acote el área canina del parque de arriba, un recinto cerrado, porque no controlan. Ahora parece que los animales, tanto los domésticos como los salvajes -porque si hablamos del jabalí ya me contarás-, tienen más derechos que las personas.

Una acera en Las Mimosas

¿Más demandas para Somió?

En la zona de La Pipa llevamos años también con otro problema tremendo para los propios vecinos. Detrás de la carbayera tenemos una zona verde alargada con árboles de propiedad municipal que no se podan desde hace años, con el inconveniente de que caen ramas encima de los coches de los residentes que están allí estacionados y con la acumulación de hojas y el viento se forma un auténtico barrizal cuando llueve, muy peligroso. Hemos pedido que habiliten quince plazas de aparcamiento, después de un estudio que hicimos al respecto. No se están tomando las medidas oportunas y hay que adecentar aquello.

¿En materia de tráfico?

En el camino de Las Mimosas, por encima del parque, aparcan los coches sin control. Creemos que con la construcción de una acera se acabaría con el problema. Y si no, cerrar la zona con una valla metálica.

¿Sobre la depuradora?

A ver qué pasa. Son muchos años también. Ahora están los vecinos de la urbanización con el tema, así que en las juntas lo comentamos por encima. Solo decir que las sentencias están para cumplirlas.