Alicia Villanueva
«Lo que más valoro de cantar en asturiano son las raíces. Mi abuela y mi bisabuela cantaban estas canciones y me presta conservar ese legado»
Lo volvió a hacer. Por tercer año consecutivo, la jovencísima Alicia Villanueva (Bimenes, 2000) ha vuelto a ganar el Concurso de Canción Asturiana de EL COMERCIO en su 43 edición.
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–Enhorabuena por el triunfo. ¿Qué supone repetir este galardón tres veces seguidas?
–Fue una sorpresa porque no contaba con ello. Obviamente vas a ganar, pero pensaba que tres veces seguidas ya era mucho, así que estoy muy contenta.
–¿Cómo elige los temas que va a cantar en el concurso?
–Las canciones se diferencian por dificultad. Hay algunas que son a capela, otras con gaita… Dependiendo de la canción, implica más o menos nivel, así que voy de menos a más. Pero hay que darlo todo desde la primera eliminatoria porque suma todo. No basta con hacerlo bien solo al final, implica constancia.
–¿Qué tema destacaría y por qué se decantó por él?
–La más especial fue 'La zagalina' porque me recuerda a mi abuela. Era una de las que ella cantaba, y además es una canción allerana, que también tiene un toque diferente.
–¿Cómo se prepara para este tipo de concursos?
–Sigo yendo a clase, pero poco porque la vida se va complicando. Aun así, tengo apuntadas todas las canciones que he cantado cada año en los concursos y voy comparando, aprendiendo temas nuevos… Al final es algo que ya llevo dentro. No es como si empezara de cero cada vez, pero sí tengo que repasar, calentar y cuidar la voz.
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–¿Qué es lo que más valora de interpretar en asturiano?
–Seguramente, las raíces. Son canciones que cantaban mi abuela y mi bisabuela y me presta mucho conservar ese legado. No es que ellas se inventaran las canciones: es que se hablaba así en cada zona y cada cual hacía sus canciones a su manera. Y eso es lo bonito, que cada rincón tiene su riqueza a través de la lengua.
–¿Cómo ve el panorama de la música tradicional asturiana?
–Seguimos necesitando bastante más apoyo. La tonada es algo muy nuestro y sería muy triste que se perdiera. Los concursos ayudan, claro, pero hacen falta más espacios y más visibilidad. El concurso de Gijón tiene un formato genial, porque al ser en la plaza Mayor la gente se para y escucha aunque no sepa lo que es.
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–¿Cuál es su siguiente meta ahora?
–Descansar un poco (ríe). La temporada de concursos empieza en octubre y llevamos desde enero sin parar. Son muchos fines de semana viajando por Asturias, así que un parón nunca viene mal.
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