La antigua nave de Flex, declarada en ruina, será demolida a finales de este año
El Ayuntamiento prevé licitar los trabajos de derribo en septiembre. La propiedad deberá abonarle los 600.000 euros presupuestados
En menos de cinco meses, si se cumplen las previsiones del Ayuntamiento, la ruina que hoy es la antigua fábrica de Flex en La ... Calzada será historia. Los vecinos de la zona oeste se verán así liberados de una nave que a principios de año ya fue declarada en ruina y que no daba más que quebraderos de cabeza por su calamitoso estado, lo que lo convertía en un foco de insalubridad.
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La fábrica de Flex, ubicada en el entorno de Cuatro Caminos, dejó de tener actividad en el año 2000 y en estas más de dos décadas su decadencia ha sido progresiva, hasta el punto de resultar un problema de seguridad para los vecinos del entorno.
El Ayuntamiento declaró oficialmente en ruina el inmueble a principios de marzo. Entonces, se concedió a la propiedad un plazo de quince días para llevar a cabo la demolición. Pero no llegó a ejecutarlos. En mayo, el Pleno aprobó que esos trabajos lo asumiera el Consistorio, se dio el visto bueno para una modificación presupuestaria de 600.000 euros para llevarlos a cabo de manera subsidiaria y se encargó la redacción de un proyecto.
Dicho proyecto dedemolición estará en poder del Ayuntamiento «en las próximas semanas», de modo que los trabajos se sacarán a licitación el próximo mes de septiembre. «La desaparición de esa nave está más cerca que nunca. Si somos capaces de licitar la demolición de manera rapida y no surge ningún impodnerable que no controlemos, podrá ser a finales de este año o, a lo sumo, a principios del próximo cuando se derribe», confirmó a EL COMERCIO el concejal de Urbanismo y Festejos, Jesús Martínez Salvador.
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Una vez ejecutados, reclamará al actual propietario –en los últimos meses, la titularidad pasó de una constructora a una entidad bancaria– el abono de esos trabajos.
En principio, una vez que el inmueble sea derribado, la idea es adecentar la zona para que no sea más un problema para los vecinos, si bien en un futuro serán los propietarios quienes decidan el futuro de un solar que, en los días de invierno y temporal, se convierte en «un barrizal insoportable». Los vecinos llevan tiempo denunciando el mal estado del inmueble y del entorno. Hablaban, en concreto, de la existencia de malos olores y del peligro que entrañaba la presencia de niños y jóvenes que se colaban en el interior de la fábrica.
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