«Aprendimos que hay que cuidar por igual a pacientes, familiares y trabajadores»
«Ahora es el momento de analizar lo hecho durante la pandemia, con equipos multidisciplinares y objetivos, y ver qué aspectos son mejorables»Rafael Castro Director médico del hospital H144 y profesor del área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Oviedo
LAURA MAYORDOMO
GIJÓN.
Domingo, 19 de junio 2022, 04:33
Licenciado en Medicina -fue premio extraordinario de licenciatura en 1998- y doctorado en la unidad de Investigación en Emergencia y Desastres de la Universidad de Oviedo, Rafael Castro (Avilés, 1972) ha trabajado toda su vida en emergencias. Durante la pandemia abandonó temporalmente sus funciones como coordinador de la UVI móvil de Avilés para dirigir el hospital H144, que se montó en el recinto ferial Luis Adaro y atendió a pacientes con covid-19 entre noviembre de 2020 y marzo de 2021. Castro es además profesor en el área de Medicina Preventiva y de Salud Pública de la Universidad de Oviedo y asesor técnico de la OMS en el grupo de Equipos Médicos de Emergencias.
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-Acaba de recibir el premio a la Mejor ética asistencial del Área V por el plan de humanización que diseñaron para el hospital H144, pero reconoce que no es ningún experto en la materia.
-No. Lo que sé de humanización son los valores que me transmitieron dos familias humildes que emigraron de Extremadura y Castilla en la postguerra y mis más de experiencia con pacientes.
-¿Y qué lecciones le han dejado?
-Que hay que cuidar por igual a pacientes, familiares y trabajadores.
-¿Eso fue lo que intentó trasladar al H144?
-Sí, era algo que tenía claro desde el principio. Que había que diseñar un plan estructural, que dependía del campo de la arquitectura y la ingeniería; un plan clínico, que dependía de la medicina y la enfermería; y un plan de humanización, que tenía que ser integral.
-¿En qué sentido?
-En la parte asistencial tuvimos en cuenta que los trabajadores eran un punto vulnerable, igual que los familiares y los pacientes. Humanizar es tratar bien a las personas, ofrecerles lo que necesitan.
-¿A los trabajadores, por ejemplo?
-Había una necesidad de cuidarles, de ofrecerles formación, de contarles a qué se iban a enfrentar, abordar sus miedos. Hubo una escucha activa recíproca.
-¿En el caso de los pacientes?
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-Tener en cuenta sus necesidades clínicas, humanas, incluso religiosas.
-¿Y a los familiares?
-Formaban parte de una sociedad que tenía mucho miedo y queríamos transmitirles tranquilidad, que su familiar iba a estar en las mejores manos posibles, tanto técnicas como humanas.
-¿Hubo que adaptar el plan de humanización durante los cuatro meses que funcionó el H144?
-Evidentemente. Al rodarlo mejoramos algunos aspectos de información a los familiares y también se decidió que los pacientes tuvieran una sala de televisión o una sala de lectura.
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-Desde el principio se habilitó una sala de muerte digna...
-Sí, cuando un paciente entraba en un proceso de fallecimiento, la familia podía acudir a despedirse. Al principio quisimos ser un poco estrictos: solo un familiar, solo una hora. Pero no tenía sentido. Decidimos ser más flexible en esas visitas de acompañamiento. Esto se hacía en un momento en el que, creo, los pacientes fallecían solos en los hospitales. La gente agradeció que facilitásemos ese acompañamiento, ese proceso de abordaje de la muerte y poder iniciar un duelo no patológico. A todos se les ofreció el uso de esa sala, aunque no todos lo aceptaron.
-Habrá historias que se le habrán quedado grabadas ¿no?
-Recuerdo una paciente de más de 90 años. Fueron su marido y su nieta a verla. La nieta preguntó si su abuelo podía sacar algo que llevaba, le dijimos que por supuesto y lo que hizo fue poner en la mesita una foto de ellos dos en un marco con forma de corazón. Aún hoy se me pone un nudo en la garganta. Tampoco puedo olvidar los agradecimientos de muchos de los trabajadores que estuvieron allí, por cómo les habíamos cuidado. Ese es el mayor premio de todos.
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-En Nochebuena permitieron las visitas de familiares. Algo excepcional.
-Sí, teníamos pocos pacientes y lo organizamos. Había familiares que no veían a sus seres queridos desde marzo, porque muchos estaban en centros sociosanitarios que con la pandemia se cerraron a todo tipo de visitas.
-Lo que no estaba previsto era el plan de paseos que pusieron en marcha. ¿Por qué lo hicieron?
-Muchos pacientes ancianos se desorientan cuando ingresan en un hospital. Pero allí parecía que esos episodios eran distintos, que ocurrían en mayor grado. Pensamos que quizá porque no recibían luz solar y veían alterados los biorritmos. Acotamos una zona exterior y pudieron salir a pasear, merendar... Fue una decisión valiente y que ahora con el tiempo creo que fue adecuada.
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-¿Diseñar un plan de humanización es aún más complejo cuando se trabaja en un espacio de entrada tan poco amable como un recinto ferial?
-El trabajo de diseño que se hizo por parte de arquitectos e ingenieros fue espectacular. Nuestro principal enemigo eran las imágenes de supuestos hospitales de campaña que se montaban por medio mundo. Lo nuestro no era eso sino un hospital en toda regla. Personalmente, si algún familiar mío hubiese tenido que ingresar durante la pandemia, hubiese preferido que lo hiciera en el H144. En general la satisfacción fue muy alta tanto por familiares como por pacientes y profesionales. Si alguno no se sintió cuidado, desde aquí mis disculpas.
-¿Por qué montar el H144 fue una decisión acertada?
-Porque el estrés del sistema sanitario era muy elevado. Se amplió la capacidad de expansión para prestar asistencia sanitaria a un colectivo concreto, pacientes de gravedad media o baja, para así liberar camas hospitalarias para pacientes más graves.
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-Otras experiencias similares en otros lugares fracasaron. ¿Por qué aquí no fue así?
-Una de las claves fue la integración en el sistema sanitario. Nosotros administrativamente éramos como una extensión del Hospital de Cabueñes, que hizo una labor excepcional. En otras sitios estas estructuras fueron montadas por actores ajenos para ofrecer sus servicios a sistemas sanitarios y eso chocó.
-'Ojalá nunca más sea necesario un H144, pero...'
-...Hay que estar preparados para lo que no es previsible, para lo que no es frecuente. Tenemos que hacer análisis de vulnerabilidad de hospitales, del sistema sanitario, planes de contingencia, diseñar planes de expansión. Todo eso tiene que estar planificado con la participación de los profesionales. Eso mejorará la resiliencia del sistema de salud y de los profesionales. El problema es que tenemos un sistema de trabajo puramente asistencialista.
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-Parece que ha pasado lo peor de la pandemia. Ahora ¿qué?
-Ahora llega el momento de analizar lo hecho, con madurez, con equipos multidisciplinares y objetivos, y ver qué aspectos han podido ser mejorables.
-¿Estamos mejor preparados para una próxima pandemia?
-No lo sé. La preparación dependerá de ese análisis que hay que hacer.
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