El Ayuntamiento de Gijón pone en marcha un plan para la restauración de las esculturas urbanas

Un proyecto de carácter global que devuelva al patrimonio público de la ciudad el lustre de antaño. Ese es el objetivo del plan de conservación de arte público al que el Ayuntamiento destinará 120.000 euros y que incluye la restauración y mantenimiento de las principales piezas escultóricas de Gijón. Concretamente, serán once obras, aquellas que presentan un mayor estado de deterioro, las que a lo largo de un año recibirán el tratamiento necesario para garantizar su correcto estado y perdurabilidad.

«Son piezas que al estar en la calle sufren las inclemencias de la meteorología o del vandalismo. Algunas presentan un estado que requiere de una intervención urgente. No hay más que ver cómo están», explicó el concejal de Educación y Cultura, Alberto Ferrao, durante la presentación del proyecto, el cual viene a dar respuesta a un informe publicado en 2017 en el que ya se señalaba que algunos de los 90 bienes artísticos que forman parte de la ciudad precisaban de labores de conservación urgentes. «Es la primera vez que se hace un planteamiento de estas características. Durante los últimos años las intervenciones han sido escasas o nulas», afeó el edil, quien también destacó la necesidad de concienciar a la ciudadanía sobre la importancia del respeto y cuidado al patrimonio, otro de los aspectos sobre los que se centrará el plan presentado.

La Concejalía de Cultura, encargada de coordinar el proyecto, que se encuentra todavía en fase de contratación, prevé comenzar los trabajos antes de final de año, logrando así su finalización completa durante 2020. La inversión, muy superior a la que venían percibiendo este tipo de labores, se justifica bajo el objetivo primordial de «dignificarlas», en palabras del edil. «Ese es nuestro objetivo. Con buenos mantenimientos no hará falta tanta inversión», aludió Ferrao, quien no descarta incluir en futuras fases algunas de las obras que se han quedado fuera de este primer plan. «Primero vamos a acabar esta y luego veremos. Haremos otra vez el estudio del patrimonio para decidir», afirmó.

De momento, el Ayuntamiento ejecutará la conservación de las siguientes obras: 'Monumento a Jovellanos', de Manuel Fuxá (1981); 'Nordeste', de Joaquín Vaquero Turcios (1994); 'Homenaje a Galileo Galilei XV', de Amadeo Gabino (1997); 'Génesis'(1992) y 'Castillo de Salas' (2003), de Joaquín Rubio Camín; 'Monumento a la paz mundial', de Manuel Arenas (1990); 'Decoración del parque de El Lauredal (de 1986 a 1988)', del Grupo G; 'Monumento a Fleming', de Manuel Álvarez Laviada y Luis Moya (1955); 'Cubo', de Alejandro Mieres (1995); la instalación artística 'Stairway to heaven', de Mossel (2012) y 'Érase una vez un árbol', de Carmen Cantón (2002 Pericones, 2006 Botánico).

Fuera de este grupo, aunque también en proceso de restauración, queda el 'Elogio del horizonte' (Eduardo Chillida, 1990), que actualmente es objeto de un estudio con financiación europea para el análisis de nuevos métodos que faciliten su conservación. «Todavía están mirando cómo reacciona el hormigón», explicó Ferrao, quien recordó que estas tareas explorativas aún se prolongarán a lo largo del año 2020.

A estas labores de mantenimiento se sumará también una campaña de concienciación para la ciudadanía. «La conservación es parte de todos y todas», insistió en varias ocasiones Ferrao durante la presentación. Por ese motivo y de cara a favorecer el conocimiento y cuidado de las obras por parte de los gijoneses, el Ayuntamiento producirá un vídeo que recoja, de forma resumida y dinámica, los trabajos de restauración que se llevarán a cabo en cada una de las once piezas, explicando los pasos a seguir y mostrando el resultado final. Una vez terminado, este material será subido a la web municipal y proyectado en algunos centros municipales. «Somos una de las ciudades con mayor patrimonio de arte público. Hay que concienciar a la gente de su importancia», subrayó.

Junto a la producción de este video, el Ayuntamiento también programará visitas de diferentes centros educativos a los trabajos de recuperación, de tal manera que los escolares puedan presenciar en primera persona la importancia del arte público gijonés y aprendan a valorarlo como se merece.