Un buen chapuzón en el mar Cantábrico para comenzar el año

Hay muchas maneras de comenzar el año. Mientras unos alargaron los festejos de madrugada hasta que amanece, otros aprovecharon los rayos de sol para comenzar el 2025 zambulléndose en la playa de San Lorenzo. Trece grados centígrados marcaba el termómetro dentro del agua, en el exterior tan solo seis. Muchos de los que se animaron a no fallar a la cita eran ya asiduos a empezar el día en las aguas del Cantábrico y, el día uno, por ser el primero, no se podía fallar a la cita. Pero otros, como Covadonga Corripio, gijonesa aunque vive en Inglaterra con su familia, comenzaban hoy un rito que se convertirá en tradición.

Como no salieron por la noche querían «hacer algo divertido por la mañana», explicó Corripio. La promesa era que después había churros con chocolate para entrar en calor. En un principio, iban a iniciar esta tradición junto a la familia de su hermano pero «¡se rajaron!». Aunque su marido, Gregory Osborne y sus hijos Izan, de 16 años, y la pequeña Alma, de 7, no faltaron a la cita a la hora acordada. Otro de los motivos era «bajar la media de edad», ya que «lo suele hacer más la gente mayor». Y, aunque al principio entraban con miedo, una vez superado el frio la pequeña Alma no quería salir. «Es una forma perfecta de empezar el día», afirmó Corripio.

Covadonga Cordal contó a este periódico que antes no se bañaba en el mar ni en verano. Desde hace dos años, empieza todos los viernes en el agua de la playa de San Lorenzo y, aunque hoy no es viernes, el día uno «no se puede fallar». Esta iniciativa también es una manera de cumplir esos propósitos de año nuevo. «Es una prueba de fortaleza mental porque tienes que madrugar y mentalizarte de meterte en el agua. Ahora mismo hace sol, pero normalmente te meter con frío, o lluvia o cuando todavía no ha amanecido». Aunque salió «hasta las tres de la mañana» empezar de esta forma el 2025 «no se perdona».

De acuerdo con Cordal estaba el bañista gijonés Iván Cueto. «El uno de enero y el 31 de diciembre son más especiales», indicó. «hay que acabar bien el año y empezarlo también bien y no hay mejor forma». Mientras señalaba el paisaje de San Lorenzo explicaba que «despertarte con el sol en frente mientras nadas te cambia la visión y te vuelve más positivo en la manera de afrontar el día y, en este caso, el año».

El grupo de bañistas de la rampa número dos quedó a las nueve y media para inaugurar el primer baño del año. Tras el chapuzón, los más de treinta participantes brindaban con sidra achapanada y bombones. «Hay algunos que llegan de fiesta», señaló Inma Juega. Pero daba igual porque el mar lo cura todo. Y si no, que se lo digan a Elena Mosquera que llegó con «un dolor de cabeza», pero en cuanto se metió en el agua se lo llevaron las olas. «¡Salgo como nueva!».

Si en algo coinciden todos los bañistas es que «quien lo prueba, repite».