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Movilidad

Cambia el tráfico en Gijón: solo un carril en Munuza, Domínguez Gil y San Bernardo y cambio de sentido en Emilio Villa

El tráfico del centro de Gijón se enfrentará durante la primera quincena de junio a una prueba piloto que tiene como objetivo analizar la viabilidad y efectos de un posible ensanche de aceras en la calle Munuza y su entorno. «La situación que presenta en la actualidad esta calle no es presentable, y de algún modo tenemos que actuar sobre ella», indicó el concejal de Infraestructuras, Gilberto Villoria, quien señaló que los cambios que se acometerán ahora de forma provisional, para analizar si es posible convertirlos en definitivos, parten de un estudio de alternativas encargado a la consultora de movilidad Vectio. «Si hacemos estas pruebas, es para despejar cualquier duda sobre el impacto en el tráfico. Si sale bien, todos estaremos encantados de incrementar el espacio peatonal en estas calles. Pero si se forma un caos, buscaremos otras alternativas. No actuaremos como el anterior gobierno, que hacía los cambios de tráfico de un día para otro y sin planificación», añadió por su parte el concejal de Tráfico y Movilidad, Pelayo Barcia.

A partir del jueves se instalarán separadores que anularán el carril izquierdo de las calles Munuza, Domínguez Gil y el tramo de San Bernardo que va desde el Parchís hasta Munuza, reduciendo la circulación a un único carril. En Munuza esto supondrá la supresión del giro a la izquierda hacia Los Moros, por lo que los vehículos que quieran hacer esa maniobra deberán dar la vuelta en la glorieta de la plaza del Carmen. Y en el Parchís, donde se ha pintado un cebreado en el cruce entre San Bernardo y Jovellanos para evitar que los coches se paren sobre él, el tráfico procedente de San Bernardo pasará de dos carriles a uno, por lo que quienes circulen por el de la derecha (salvo el autobús) estarán obligados a girar hacia el Náutico, y solo los que vayan por el carril izquierdo podrán continuar recto en sentido hacia la plaza Mayor.

Otro cambio que se pondrá en marcha será la creación de un tramo de doble sentido de circulación en la calle Cabrales a su paso junto al Náutico, que permitirá al tráfico que circule por el Muro en sentido hacia el centro de la ciudad continuar hasta la calle Emilio Villa, que cambiará de sentido para convertirse en una vía de incorporación a San Bernardo. Durante estas pruebas ese giro de Cabrales hacia Emilio Villa se regularía con un ceda, si bien en caso de hacerlo permanente se optaría probablemente por la instalación de un semáforo. Los concejales explicaron que el objetivo de esta medida es liberar de parte del tráfico el giro de San Bernardo a Munuza, por el que durante el día llegan a registrarse una media de 800 vehículos por hora, ofreciendo una alternativa a los vehículos que se dirigen hacia Cimavilla.

Estas modificaciones se mantendrán durante algo más de dos semanas, hasta 15 de junio, y a partir del resultado de esta prueba se analizará la viabilidad de convertir el cambio en definitivo con las obras que resulten oportunas. Inicialmente la intención es poder ensanchar un metro las dos aceras de Munuza y en medio metro las de San Bernardo, así como las de la calle Domínguez Gil. En el cruce de San Bernardo y Munuza, además, se plantea un pavimento elevado -con la calzada a la altura de la acera- que abarcaría los dos pasos de cebra existentes en este punto y facilitaría el giro de los autobuses. De considerarse convenientes, todas estas obras saldrían a licitación en julio con el objetivo de que arranquen a finales de año y puedan estar listas para mediados de 2026.

Todo dependerá, no obstante, de su impacto real en la circulación. A este respecto, el concejal de Tráfico indicó que «donde puede haber más retenciones es en el Parchís», al pasar de dos carriles a uno, y confió en que, de haberlas «no lleguen hasta Casimiro Velasco ni al cruce de Menéndez Valdés con Cabrales. Si libramos eso, será un buen resultado».

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