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Carlos Arias, ante el cruce de Cuatro Caminos, en La Calzada. Jesús Manuel Pardo

Carlos Arias, presidente vecinal de La Calzada: «Vamos a presionar en la calle para obligar a los políticos a tomar decisiones»

«Pedimos sacar el tráfico pesado del barrio en un plazo medio y un proyecto asumible, con financiación, calendario y seguimiento»

Carlos Amado

Gijón

Lunes, 3 de noviembre 2025, 00:00

El movimiento vecinal volverá a salir a la calle el miércoles a las 18.30 horas, con una concentración en Cuatro Caminos, para protestar ante ... el panorama de incertidumbre que se ha vuelto a abrir por la indefinición del proyecto alternativo al fiasco del vial de Jove que se estudia por Aboño. El presidente vecinal del barrio de La Calzada, el más directamente afectado por el tráfico pesado al Puerto, analiza la situación tras la reunión de la mesa de trabajo del Consejo Social.

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–¿Cuál es el sentimiento?

–Nos sentimos defraudados, desilusionados y cabreados. Hay también una desafección sobre todo este tema, lógica después de 30 años. Desafección política y desilusión acerca de que pueda haber una solución en el medio o largo plazo.

–¿Qué van a hacer?

–Como asociación tenemos que motivar a la gente. Es necesario que haya presión, para obligar a los políticos a tomar decisiones. Presionaremos a nuestras administraciones más cercanas, Ayuntamiento y Principado, para que ellos presionen en Madrid. No se puede presentar una especie de proyecto sin calendario, sin financiación y pedir otra vez paciencia o un acto de fe después de 30 años aguantando los camiones por un vial que ni siquiera se hace el mantenimiento debido, como unos baches tremendos y un auténtico abandono. Así nos sentimos, abandonados y olvidados.

–¿Qué se plantea el movimiento vecinal?

–Presionaremos primero en la calle con nuestras concentraciones. Haremos algo progresivo, que se pueda mantener en el tiempo, porque somos conscientes de que esto va para largo. Y algo para recuperar aquella cultura reivindicativa en los barrios de Gijón y sobre todo implicar a las generaciones más jóvenes en la defensa del barrio. Los grandes logros que ha tenido este barrio se han conseguido a base de movilizaciones y presencia en la calle. En paralelo mantendremos contactos y reuniones con los representantes para presionar también en el ámbito institucional. Vamos también a mandar cartas a los transportistas, a implicar a todo el mundo.

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–¿Echan de menos información de las administraciones?

–Nos enteramos por la prensa. Un día viene una cosa, otro día la contraria. Hay opiniones, todas desde muy lejos de los vecinos y se pierde muchas veces el foco de que los camiones pasan por La Calzada y afectan directamente a un montón de vecinos.

–2027 será año electoral, ¿hay temor de que se vuelva a jugar con los vecinos?

–Sí, mucho temor. Va a haber la tentación desde los distintos partidos políticos con intereses espurios a los de los vecinos de jugar con esto porque tiene mucha resonancia mediática. Las asociaciones tenemos que preservar a los vecinos para que no los manipulen. A medida que se acerquen las elecciones lo iremos viendo.

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–La respuesta va a estar en la calle.

–Tiene que ser combinada. La calle es el ámbito que conocemos. Tenemos que denunciar una situación injusta que ocurre en nuestro barrio y pedir una solución. Los políticos tienen que gestionar, pero estamos dispuestos a reunirnos, a presionar por otro lado. Sabemos que tiene que ir en las dos direcciones, la presencia en las calles para visibilizar el problema y también en los despachos.

–En la última semana se ha activado varias veces el protocolo anticontaminación en la zona oeste.

–Sí y cuando hablamos de que todo el mundo tiene un margen de responsabilidad, evidentemente el gran responsable es el Ministerio, después el Principado, que tiene que presionar en Madrid, y en este caso el Ayuntamiento. Cuando se activa el protocolo, entre sus facultades también está la de restringir el paso de camiones pesados.

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–Hace casi diez meses se renovó la cúpula del Puerto. ¿Lo han notado los vecinos?

–Nos han dicho que tienen intención de estar en el territorio, porque antes el Puerto era cerrado, muy estanco, una república independiente donde no se sabía muy bien lo que ocurre. Y hay que tener en cuenta que lo que ocurre en el Puerto, tarde o temprano, repercute en la ciudad. Entonces, todo lo que vaya encaminado a abrirse al territorio, será bienvenido.

–Los grandes proyectos previstos para el Puerto van a acrecentar el problema de los accesos.

–El Puerto está constreñido con los actuales accesos. Príncipe de Asturias, aparte de fastidiarnos mucho a los vecinos, es insuficiente para un puerto moderno, es un cuello de botella. Se necesitan unos accesos modernos que permitan crecer al Puerto.

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–Había un compromiso de invertir en Gijón los 300 millones del vial frustrado.

–El consejero dijo que había un compromiso moral. Somos muy escépticos, porque si ya había una licitación y aún así se echó abajo, un compromiso moral es algo tan etéreo... Me gustaría creer en los compromisos, pero después de 30 años de incumplimientos, de falsas promesas, de cosas fallidas, es evidentemente muy difícil.

–A falta de concretar las acciones conjuntas entre las distintas asociaciones, ¿cuáles son sus principales peticiones?

–Lo que pedimos es que el tráfico pesado deje de pasar por nuestro barrio en un plazo medio. Pedimos un proyecto asumible, con financiación, con calendario, con un seguimiento, porque aún así no nos fiamos. Sin eso no hay nada. Necesitamos algo a lo que asirnos, porque cuando se echó abajo el anterior proyecto, que lo veíamos muy inviable, también lo digo, pero estaba ahí y pensabas que algún día lo harían, era algo en el horizonte a lo que a lo que agarrarse, un foco de esperanza. Cuando eso se echó abajo, se echó ese horizonte de esperanza que teníamos los vecinos. Y ahora lo que necesitamos es algo a lo que asirnos, un calendario, una financiación, unos plazos, un seguimiento de todo eso es a lo que estamos. El otro día, por ejemplo, me llamó la atención que tanto el Ayuntamiento como el Principado se declararon incompetentes, que no tenían competencias y dijeron que esto depende de una tercera administración que no estaba presente. Y también se nos dejó caer que a raíz de que la relación con el Ministerio no era la mejor posible en estos momentos, pues a los vecinos lo que se nos pide es una cuestión de fe, de demasiada fe.

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