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La Banda de Gaitas Villa de Xixón sube al Cerro durante el desfile. Pardo

El Cerro, en Gijón, se llena de gaitas y sidra

Puya del ramu. El Día de Asturias en Gijón recaudó 890 euros para la Cocina Económica

Domingo, 3 de agosto 2025

Las gaitas, la sidra y el ramu volvieron a poblar el cerro de Santa Catalina para celebrar la tradicional jira por el Día de Asturias en Gijón. Fue a mediodía cuando dio comienzo el desfile de los grupos folclóricos que, en esta ocasión, fueron diecisiete. Con motivo de los preparativos del Paseo Gastro, cambió el recorrido y las gaitas, tambores y panderos sonaron tan solo por las calles de Cimavilla. Aunque en esta ocasión el recorrido fue más corto, eso no impidió que gijoneses y turistas se encontraran con la vistosa comitiva que dejaron inmortalizada en sus teléfonos móviles.

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También los vecinos del barrio alto de Gijón se animaron a salir a las ventanas e incluso sacar banderas de Asturias al paso de los grupos folclóricos y de gaitas. «Introducir este desfile entre las calles de Cimavilla ha sido un acierto. Se involucra más a los que aquí viven. La apariencia es que había más gente que otros años», señalaron desde el grupo folclórico Xiringüelu.

«¡Sacad las perras!»

La comitiva llegó sobre la una de la tarde al Cerro. La última en llegar fue la Banda de Gaitas de Villaviciosa, que cerró el desfile tocando el himno de Asturias. Una vez en el destino final se empezó a colocar el ramu para comenzar la puya. En total, se recaudaron 890 euros que fueron a parar íntegramente para la Cocina Económica. «Sé que lleváis todo el año pensando cómo colaborar con la causa. ¡Sacad las perras! Que sé que tenéis», dijo al animado público el actor Félix Corcuera, que ejerció, por tercera vez, de maestro de la rifa.

Entre aplausos y vítores, Corcuera consiguió que poco a poco los presentes se animaran y mantuvieran un pique sano a ver quién daba más. Un puesto que se llevó el cordobés Martín Medina, que se encontraba en Gijón visitando a su hija, fue el último en pujar. En total, dio 60 euros por un lote de cuatro panes y cuatro rosquillas de anís, estas últimas fueron las más cotizadas, sobre todo por los más pequeños. Eloy e Iria, de 5 y 4 años, comían una cada uno después de que Elena González y Luis Álvarez las consiguieran tras una intensa puja con otros vecinos. «Les encantan», decían.

En el prao, el ambiente era igual de festivo. Tortilla, empana, sidra y bollos peñaos copaban el espacio. Laura Iturrate acudía con amigos y sus hijos, en total eran 37. «Antes veníamos sin niños y ahora ya están crecidos». Esta era para ellos «la cita anual por excelencia. Los niños lo esperan con ganas», señaló. Algo que consideraba «muy importante» porque que participen «es la única forma de que se mantengan estas tradiciones».

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La mejor presentación en prau la ganó el grupo folclórico La Alegría, la cesta más prestosa fue para La Cestina y el premio a la sostenibilidad fue para Carretilla. Un día perfecto en el que no pudo faltar el 'Gijón del Alma' de Victor Cimavilla.

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