Los científicos hablan claro: «Lo que nos mantiene vivos hoy es lo que han comido nuestros abuelos»
La Fundación Alimerka organizó un encuentro de nutrición con cuatro ganadores de los Premios Luis Noé Fernández en las cocinas de La Laboral
¿Puede la dieta ayudar a prevenir el deterioro cognitivo? ¿Qué papel juega la microbiota intestinal en nuestra salud mental? Estas fueron algunas de las preguntas que se respondieron este miércoles durante el Encuentro de Nutrición y Cognición, una jornada de divulgación científica organizada por la Fundación Alimerka con la que se quiso dar a conocer los trabajos realizados por destacados científicos y profesionales que han sido galardonados con los Premios Luis Noé Fernández en las cocinas de la Laboral
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«¿Qué pasaría si enseñáramos a los adultos mayores a llevar un estilo de vida Mediterráneo activo?», preguntó al público Héctor Vázquez, del Grupo de Alimentación y Nutrición, Desarollo y Salud Mental de la Universidad Rovira i Virgili.
Poca carne roja
«Las personas con mayor adherencia a este tipo de dieta mostraron mejores cognitivos, concretamente, en atención, lenguaje y función ejecutiva», explicó. La dieta se basa en alimentos frescos y naturales: frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado, frutos secos y el aceite de oliva virgen extra o como grasa principal. Así como una baja ingesta de carne roja y productos ultraprocesados. Es decir, «lo que nos mantiene vivos hoy es lo que han comido nuestros abuelos».
Frutos secos, gran fuente de nutrientes
Además, apuntó: «Pocas opciones alimentarias concentran tanta densidad nutricional como los frutos secos». Aunque el café fue observado durante décadas con excepticismo, «su consumo moderado puede tener efectos beneficiosos para la salud cerebral», ya que estimula la actividad cerebral y mejora el flujo sanguíneo entre otras funciones. Abogó también por «comer en sociedad y sin pantallas».
Antioxidantes para el cerebro
De acuerdo con la OMS, la demencia se triplicará a 139 millones de casos en 2050. «La dieta no solo nutre el cuerpo, constituye un pilar esencial en la nutrición del cerebro y de nuestra mente», señaló Ana María López, del Grupo Valornut de la Universidad Complutense de Madrid. Los estudios longitudinales indican que «las dietas ricas en antioxidantes y componentes antiinflamatorios, como frutas, verduras, pescados y frutos secos, puede reducir el declive cognitivo relacionado con la edad y el riesgo de enfermedades neurodegenerativas», indicó. Algunos de los nutrientes y compuestos clave para la función cognitiva que señaló fue la colina. «Las ingestas de colina son bajas, tanto en la población general como en gestantes». Las principales fuentes alimentarias de colina son «huevos, carnes y pescados». También señaló las vitaminas del grupo B, de las que habló Gregorio Varela, Nutrición para la vida de la Universidad CEU San Pablo. «En la población española la ingesta habitual de folatos no cubre las recomendadas», lamentó. Acelgas, espinacas o coles son algunas fuentes ricas en ellos. También legumbres «como los guisantes o los garbanzos» y frutas como «el plátano o la naranja».
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Lactancia materna
Aunque cuidarse empieza ya desde el vientre materno. En los mil primeros días. Es ahí donde se produce una ventana de oportunidad «para que se establezca una correcta microbiota intestinal», explicó Silvia Arboleya, del Grupo de Probióticos y Prebióticos del IPLA. La microbiota intestinal es conocida como eje cerebro-intestinal. Dentro del estudio, se vio que los procesos del neurodesarrollo «pueden verse afectados por factores como la dieta de la madre, el estrés prenatal o las infecciones». Asimismo, «la lactancia materna exclusiva conlleva a un perfil bacteriano con mayor presencia de microorganismos», algo que se observa con efectos beneficiosos a largo plazo en la salud de estos niños: «Hay un menor riesgo a infecciones a enfermedades inmunológicas y metabólicas».
Riesgo de los ultraprocesados
Los ultraprocesados, añadió, «impiden el correcto desarrollo cognitivo y están probocando cambios en en la fisiología del organismo: son adictivos, tardas más en saciarte y hacen que haya gente con mentes más ansiosas y con tendencia a la frustación más altas». En las preguntas intervinieron la periodista de EL COMERCIO Laura Mayordomo, Pablo Álvarez, el filósofo Eduardo Infante y la farmacéutica y nutricionista Tete Cachafeiro.
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