Satisfacción en Cimavilla por el plan para limitar el tamaño de grupos de visitas guiadas
Los vecinos reclaman también que se tomen medidas para cumplir la ordenanza de convivencia ciudadana en el barrio alto
Los planes que maneja el Ayuntamiento de Gijón para limitar el número de personas que integren las visitas turísticas guiadas y concertadas a Cimavilla, ... adelantados por EL COMERCIO, han sido acogidos «positivamente» por la Asociación de Vecinos 'Gigia'. «Valoran lo que los vecinos del barrio llevamos poniendo encima de la mesa hace años, en lo que a turismo sostenible se refiere», comentó ayer Sergio Álvarez, presidente de la asociación vecinal Gigia.
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El Ayuntamiento, a través de la concejalía de Turismo, que ostenta la vicealcaldesa de la ciudad, la popular Ángela Pumariega, está elaborando un plan estratégico, en colaboración con el sector implicado, destinado a evitar la masificación turística en la próxima década y que el crecimiento del sector no genere problemas de convivencia ni altere la esencia de la ciudad.
Entre estas medidas está fijar cupos a los grupos de visitantes que acceden al barrio histórico de la ciudad en las visitas concertadas con guías turísticos, tal y como confirmó la propia alcaldesa, Carmen Moriyón, en un encuentro con EL COMERCIO. «El vecino de Cimavilla a lo mejor se tiene que encontrar a dos grupos de 20 turistas, no se puede encontrar a un grupo de 100», señaló Carmen Moriyón.
«De nada sirve controlar las visitas, si desde el Ayuntamiento se fomenta la masificación con eventos constantes»
Los guías turísticos profesionales del Principado prefirieron no pronunciarse sobre la medida que maneja el Ayuntamiento de Gijón, a la espera de que se concrete en una regulación. Por su parte, los vecinos de Cimavilla, pese a encontrar esta limitación positiva, también reclaman al Consistorio «trabajar de forma transversal».
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«De nada sirve controlar las visitas, si desde el propio Ayuntamiento se fomenta la masificación con la celebración constante de eventos que generan molestias en la vida diaria de sus habitantes, con cortes constantes en las entradas y salidas del barrio y con una permisividad absoluta en no tomar medidas que hagan cumplir la ordenanza de convivencia ciudadana», argumenta Sergio Álvarez.
El barrio acogerá la próxima Semana Grande parte del Paseo Gastro, en la calle Claudio Alvargonzález, lo que ha generado gran malestar entre los vecinos, que piden «trabajar por una ciudad que no solo ofrezca 'jornadas del palillo' –en referencia al Paseo Gastro–, con total permisividad absoluta en el ocio nocturno y diurno donde todo vale». «Tenemos que pararnos a pensar y ver porque nos llega un turismo de despedidas de solteros, que en su mayoría no viene buscando un destino concreto, sino un espacio de diversión sin límites», argumenta el presidente vecinal de Cimavilla.
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«Nos consta que desde el área de Turismo se está trabajando por la desestacionalización y el turismo de congresos, pero es fundamental que el Ayuntamiento trabaje de forma conjunta y coordinada, porque si no, se convierte en predicar y no precisamente con el ejemplo», apostilla Sergio Álvarez. «Creer que el mayor de los males de Cimavilla son las visitas de grupos o, como destacan desde Divertia, los diez días de fiestas del barrio es ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio», concluye el dirigente vecinal.
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