El Centro de Primera Acogida Vicente de Paúl, en Gijón, «fundamental para una vida normal»

Desconocido para buena parte de los gijoneses, es un espacio de transición entre entornos de alta vulnerabilidad y recursos más estructurados, centrado en el acompañamiento de personas que desean iniciar un tratamiento de deshabituación y, después, una rehabilitación y reinserción social. Desde su inauguración, en junio de 1998, hasta febrero de 2025, el centro ha acogido un total de 3.116 estancias, correspondientes a 1.626 personas.

El 89% de las personas que ingresan es por una situación de toxicomanía (sin poder especificar de qué tipo de consumo se trata) y más de la mitad, el 58,5%, han realizado una única estancia.Sin embargo, solo el 20,8% han realizado dos estancias y un 9,3% tres estancias. «Esto quiere decir que el número de personas que acceden a este recurso va disminuyendo, lo cual nos demuestra un determinado porcentaje de éxito», destacó Velasco.

También es importante su labor para los reclusos de la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE) de la cárcel de Asturias, ya que uno de los requisitos para tener un permiso en dicha unidad es estar acompañado de una persona que mantenga actitud positiva y un sitio en el que pueda estar. Para Rubén, expresidiario y exusuario del centro, fue un recurso «fundamental para poder alcanzar una vida 'normal'». Allí le impactó. sobre todo, «que alguien se ofrezca a estar contigo a cambio de nada», porque «la atención que te dan es como la de una familia y, cuando careces de ello durante una vida entera, es algo que sabes valorar».