«La conciliación no es problema de las mujeres»
«El cuidado es un bien público, no un débito social», reclama el Consejo de Mujeres
E. GARCÍA
GIJÓN.
Miércoles, 9 de marzo 2022, 00:59
Es, para la alcaldesa de Gijón, Ana González, uno de los actos más importantes de cada 8-M: el momento en que el Consejo de Mujeres llena el Salón de Recepciones del Ayuntamiento para contar a los grupos políticos y la sociedad en su conjunto cuáles son «las reivindicaciones más urgentes e importantes que nos piden». Porque, añadió, «sigue siendo necesario dar voz al movimiento asociativo feminista de la ciudad» por su contribución a que Gijón «avance con decisión en crear una sociedad más justa, democrática e igual para mujeres y hombres». Hizo también la alcaldesa mención especial a Paz Fernández Felgueroso, «que empezó a decir que hacer política era fijarse en todas las cuestiones que tenían que ver con el cuidado y pensar en las ciudades como agentes del cuidado».
El Consejo de Mujeres quiso este año, en sus tradicionales '8 puntos para el 8', poner el énfasis en «visibilizar la importancia y el valor de cuidar, así como incidir en la urgente necesidad de la corresponsabilidad».
Hablaron de la «invisibilización de las tareas dedicadas al cuidado no remunerado» y de la 'revolución estancada' de la corresponsabilidad, que lleva a la asimetría entre mujeres y hombres en la dedicación a los cuidados.
Remarcaron que el trabajo de cuidados es «pieza clave para garantizar y sostener la vida» y por tanto «debe valorarse tanto como se valora el trabajo remunerado». Porque «la maternidad sigue penalizando a las mujeres en la incorporación y permanencia en el empleo» y «nos llevaría 202 años cerrar la brecha económica entre mujeres y hombres». «Eso es demasiado tiempo», recalcaron.
Hablaron también de otro trabajo «no reconocido e invisible, la carga mental que supone planificar y organizar las tareas de cuidado». «La conciliación no es problema de las mujeres», insisten. Sin embargo, «la sociedad identifica el cuidado como un débito social que las mujeres deben asumir», cuando «es un bien público, un recurso para garantizar la calidad de vida de la población». Como tal, precisa «un sistema público de cuidados sólido» y «la implicación de toda la sociedad».