Condenada una gijonesa por estafar a un hermano discapacitado intelectual
Junto a su novio, hicieron «compras descontroladas de teléfonos y juegos» por valor de más de 20.000 euros, que cargaban a la cuenta de la víctima
Se aprovechó de la discapacidad intelectual de su hermano para hacer cargos en sus cuentas por valor de más de 20.000 euros. De ese dinero se lucró también su pareja. La Sección Octava de la Audiencia Provincial ha condenado a una vecina de Gijón y a su compañero sentimental por un delito de estafa. Sobre ella recae una condena de un año de cárcel y sobre su novio, un año y nueve meses de prisión.
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La víctima, de 48 años, tiene una discapacidad del 35% debido a una alteración de la conducta por trastorno esquizotípico de la personalidad de etiología psicógena. Desde 2021 tiene, por orden judicial, una medida de apoyo de curatela que recae sobre su madre. Su progenitora ostenta las funciones representativas «en su esfera personal para todo lo relacionado con la medicación, consentimiento de tratamiento e ingresos, y en la esfera patrimonial para tomar decisiones de contenido económico, otorgar poderes, realizar disposiciones testamentarias y actos contracturales como préstamos, donaciones o cualesquiera otros actos de disposición patrimonial, salvo manejo de dinero de bolsillo», especifica la sentencia. «Se trata de una persona sumisa, influenciable y manipulable», abunda.
En septiembre de 2020, los acusados, es decir, su hermana y el novio de esta, «pasaron a alojarse en la vivienda de la víctima y a partir de entonces, aprovechándose de su discapacidad psíquica y con ánimo de enriquecimiento ilícito, lograron que les confiaba su número de tarjeta de crédito, vinculada a la cuenta bancaria, accediendo también al resto de sus datos bancarios».
A partir de ese momento, «contrataron líneas telefónicas, compraron teléfonos, contrataron créditos on line y realizaron compras descontroladas de teléfonos y videojuegos». Además, el acusado «convenció a la víctima, gracias al control anímico total que ejercía sobre él, para que contratase préstamos personales con entidades financieras y abriese líneas de crédito». El perjuicio económico ascendió a 20.688 euros.
Confesión
Esas prácticas se prolongaron hasta aproximadamente mediados de 2021, cuando la madre se percató de lo que estaba ocurriendo y denunció los hechos que fueron luego motivo de investigación y concluyeron en un juicio. En la vista oral los dos acusados reconocieron los cargos que pesaban sobre ellos y consiguieron una reducción de la condena solicitada por el ministerio fiscal. Se les apreció las atenuantes de confesión y de reparación del daño.
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