El condenado por el crimen de la inmobiliaria en Gijón: «No hui cuando lo maté, me fui para que no hubiera problemas»
Felipe Arribas, condenado por el crimen de Rodríguez Tobajas, solicita rebajar los 17 años de cárcel durante la vista de apelación del recurso, celebrada en el TSJA
«No hui del lugar de los hechos, me aparté para que no hubiese problemas, pero no me fui corriendo ni cogí un taxi ni ... nada, me aparté porque tenía miedo de que me pudieran hacer algo». Felipe Arriba Ramos, condenado a 17 años de cárcel por matar a puñaladas en Gijón a Francisco Javier Rodríguez Tobajas en el conocido como 'crimen de la inmobiliaria' volvió hoy lunes a reiterar su versión durante la vista del recurso de apelación a la sentencia.
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El acto tuvo lugar en la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), en Oviedo, y durante el mismo, a través de videoconferencia desde el centro penitenciario de Asturias, el procesado incidió (como ya hizo ante el jurado popular durante el juicio en Gijón) en que había colaborado con la Justicia y había confesado el crimen, un extremo que a ojos de la acusación particular y la fiscalía no ocurrió. «No colaboró con el esclarecimiento de los hechos, su primera intención fue huir y tirar el cuchillo para intentar que no lo encontrase la Policía», relató el abogado del fallecido, a quien Felipe Arriba mató a las puertas de su inmobiliaria de la calle Campo Sagrado en septiembre de 2023. «Nos destrozó la vida, le hizo firmar a mi mujer un crédito de usura y acabamos perdiendo el piso familiar por no poder hacer frente al pago», dijo durante el juicio, celebrado en abril en la Sección Octava de la Audiencia Provincial y en el cual el jurado popular consideró probada su culpabilidad y apreció el atenuante de confesión. A ese atenuante se oponen tanto la acusación particular como la representante fiscal.
La abogada de la defensa solicita que se tengan también en cuenta las circunstancias atenuantes de obcecación y reparación del daño para que la condena de 17 años de prisión que le fue impuesta se vea reducida. Además, pide que se eliminen los cinco años de libertad vigilada como medida adicional una vez salga de la cárcel. En materia de responsabilidad civil, la sentencia de primera instancia fija la indemnización en 253.750 euros: 60.000 euros para cada uno de los padres, 93.750 para una de las hijas, 30.000 para otra y 10.000 euros para su pareja.
Felipe Arriba esperó a la víctima fumando agazapado detrás de una furgoneta. Cuando Francisco Javier llegó le asestó dos cuchillada, una de ellas directa al corazón. Cuando fue detenido y se enteró de que había muerto, le dijo a los policías: «Ahí está bien».
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