La presidenta de la asociación vecinal gijonesa La Cruz de Ceares dimite de su cargo
Pilar Ruiloba, que no ha querido dar explicaciones, deja la presidencia de la entidad hasta la celebración de las elecciones en una asamblea a finales de octubre
Nada hacía presagiar que el liderazgo de la hasta este miércoles presidenta de laasociación vecinal La Cruz de Ceares, Pilar Ruiloba, se tambaleaba. «No voy a comentar nada. No quiero decir absolutamente nada», decía a EL COMERCIO. Desde la asociación de vecinos confirman a este periódico que «ya se ha celebrado una asamblea para tratar la situación y vamos a dar los pasos necesarios para iniciar el periodo de presentación de candidaturas». La fecha estimada para conocer el nombre de la persona que ocupará la presidencia será a finales de octubre «en una asamblea en la que los socios votarán».
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Pilar Ruiloba llevaba involucrada en la entidad desde su fundación y tomó las riendas a finales de 2020 tras una complicada situación, con la gestión de su predecesor, Jacobo Freire.
«No se pueden hacer dos fiestas a la vez»
Mujer enérgica que siempre luchó por su barrio, por Ceares, dimite, pero no sin polémica. Este verano, desde la asociación decidieron no organizar sus fiestas patronales en honor a Santiago Apóstol, que deberían haberse llevado a cabo del 25 al 27 de julio en el parque de Los Pericones, como llevaba sucediendo durante las últimas dos décadas. ¿El motivo? «Que no se pueden hacer dos fiestas a la vez», explicaba entonces Ruiloba, su presidenta, en referencia a las fiestas populares que organizó la asociación vecinal Esto Ye Ciares en las mismas fechas.
«Estamos muy disgustados. Es triste llegar a esto, pero la mayoría de la gente del barrio no sabe que hay dos asociaciones y piensa que es todo lo mismo. Queremos que se vea qué fiestas hace una asociación y cuáles hace otra, quién lo hace para el barrio y quién no», remarcaba el pasado julio. Lo única celebración que hubo desde La Cruz fue la tradicional misa y procesión en honor a Santiago Apóstol. Un rezo por los difuntos del barrio y una corderada el domingo. «Cuento con el apoyo y comprensión de mis representados», decía a la par que en redes sociales se generó un pequeño revuelo.
Tres meses después, y sin ninguna declaración por parte de Ruiloba ni de ningún miembro de la junta gestora que ocupa ahora mismo el mando, la presidenta dimite de su cargo.
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